(Entrevista originalmente publicada en el nº 7 de la revista This is Metal)
Hablar de Mayhem es hablar
de una leyenda. Una banda maldita que, a diferencia de algunos de sus miembros,
ha logrado sobrevivir al episodio más sangriento de la historia del metal
escandinavo. Pioneros y líderes del movimiento black metal, los noruegos llevan
tres décadas en activo y ‘Esoteric Warfare’ (Season of Mist, 2014), su nuevo
álbum, demuestra que musicalmente siguen teniendo mucho que decir. Iago Fuentes
se cita con un encantador Attila Csihar, vocalista de la formación, para hablar
sobre este trabajo y muchas otras cosas.
Nunca habéis sido
especialmente prolíficos, pero siete años desde el anterior disco son
demasiados. ¿Qué motivó ese retraso?
Bien, después de ‘Ordo ad Chao’ (Season of Mist, 2007) Blasphemer (Rune Eriksen, guitarrista de la banda entre 1995 y 2008) nos dejó. Fue una sorpresa porque ya habíamos estado hablando sobre el siguiente disco. Yo tenía cosas preparadas, él también había comenzado a componer, pero de repente cambió de opinión y decidió dejarlo. Fue un shock, algo totalmente inesperado, y nos puso en la difícil situación de tener que buscar un reemplazo, lo cual nos ralentizó mucho. Probamos a varios guitarristas y finalmente nos decantamos por Teloch (Morten Iversen), que de hecho siempre fue nuestra primera opción. El problema es que él estaba en Gorgoroth cuando se lo preguntamos por primera vez y nos dijo que no podía compatibilizar ambos grupos. Nosotros no queríamos robarle el guitarrista a nadie así que lo dejamos estar. Con Charles (Hedger), nuestro segundo guitarrista para directo, nos pasó lo mismo, porque él estaba con Cradle of Filth, y de ningún modo se lo íbamos a robar a ellos tampoco. Los años fueron pasando, pero mantuvimos el contacto con ambos. En Gorgoroth empezó a haber problemas, que ya todo el mundo conoce, y Teloch se acabó cansando de la situación y se vino con nosotros. Así que ya teníamos al guitarrista pero a la vez teníamos que cumplir nuestros compromisos de gira, por lo que no podíamos ponernos a componer en ese momento, y escribir un álbum suele llevar un par de años, en nuestro caso quizás unos cuantos más (risas). El cambio de formación fue un proceso lento, no se trataba simplemente de meter a alguien en el lugar de Blashpemer, sino que la persona nueva debía encajar al 100% en la banda.
Blasphemer escribía
absolutamente toda la música. Imagino que para Teloch no sería fácil
reemplazarle.
Eso
te iba a decir. A Teloch le llevó algo de tiempo adaptar su forma de componer a
lo que requería Mayhem, tampoco se trataba de imitar el estilo de Blasphemer,
pero ya me entiendes, tuvo que adaptarse un poco y nosotros no queríamos forzar
eso. Le hizo falta tiempo para empezar a componer, fue un gran cambio para él.
No era tarea fácil sustituir a guitarristas legendarios como Euronymous (Oystein
Aarseth, fundador y guitarrista entre 1984 y 1993) o Blasphemer y no quisimos
presionarlo mucho, de modo que tuvimos que ir lentos. A Teloch le vino muy bien
tocar en directo con nosotros antes de empezar a escribir, porque al aprenderse
los temas viejos fue cogiéndole el truco a nuestra forma de componer. No solo
aprendió a escribir música que casara con Mayhem, sino que también logró entender
nuestro funcionamiento como banda. Poco a poco empezó a venir con más y más
ideas. Y hace un par de años fue cuando empezamos realmente a pulir los temas.
Usamos mucho la tecnología, nos vino bien para lidiar con la distancia. Para mí
fue ideal, porque en lugar de volar cada fin de semana a Noruega, lo que
hicimos fue enviarnos ideas por e-mail a modo de preproducción.
Creo que ‘Esoteric Warfare’
es uno de los discos más esperados de los últimos años.
¡Joder,
eso parece! (risas) Noto mucho revuelo al respecto. Aunque odio decirlo, pero
es posible que el álbum se retrase otra vez. Pero no es culpa nuestra. El álbum
necesita promoción, y además el diseño no
está aun totalmente terminado. Está llevando más tiempo de lo que pensábamos,
pero estamos hablando de algo artístico, tampoco puedes apresurarlo. El artwork
va a ser dibujado a mano, así que va a ser diferente del anterior trabajo, va a
haber más ilustraciones y cosas de esas. Creo que es importante ofrecer algo
extra a la gente que va a pagar por el disco. El caso es que el álbum aún va a
tardar un poco, pero al menos hemos editado ese 7” con el tema “Psywar”, que
está bien para ir abriendo boca.
Precisamente, la mayoría de
ediciones ese Ep están agotadas desde hace algún tiempo. Es una buena señal.
Sí,
a mí también me lo parece. Percibo mucho apoyo por parte de los fans y eso es
genial. De momento el feedback está siendo fantástico, bueno, realmente no
todo, pero sí la mayoría del que hemos recibido. Sería muy raro y algo
preocupante gustarle a todo el mundo. Por suerte tenemos algunos detractores,
lo cual está bien, porque son una pequeña fuente de inspiración (risas). Pero
al menos la mayoría de las reseñas que hemos visto son muy buenas. Pero es solo
un 7”, veremos qué pasa con el álbum completo, eso ya es algo distinto. Sea
como sea, son 30 años de Mayhem ya, así que sabemos lo que hay: a alguna gente
le encantará y otra lo odiara. Lo de
siempre.
Pues he de decir que a mí ‘Esoteric
Warfare’ me ha gustado mucho. Es más
brutal y violento que ‘Ordo ad Chao’, pero igualmente oscuro. Una pasada, la
verdad.
Me
alegra mucho que lo veas de esa forma, porque eso es justo lo que queríamos
conseguir con este trabajo. En lugar de hacerlo más complejo y progresivo
quisimos ir un poco más hacia las raíces y recuperar un poco el antiguo
espíritu de Mayhem. Es más violento, más directo a la cara, pero es 100%
Mayhem, así que también es oscuro y con una vibración maligna.
Creo que lo mejor del disco
es que demuestra que es posible sonar fresco y a la vez ser totalmente fiel a
las raíces del black metal.
¡Exacto!
Y eso no es fácil. No es fácil sonar fresco después de tanto tiempo en activo.
Mayhem nunca ha sido el típico grupo de black metal, creo que eso cualquiera lo
sabe. Siempre innovamos un poco para mantenerlo interesante, en primer lugar
para nosotros, que es lo principal, porque si nosotros no lo disfrutamos, ¿cómo
vamos a pretender que le guste a los demás? (risas). Aun así, sé que hay canciones que no le van a gustar a
casi nadie (se parte). Creo que algunos de los discos de Mayhem sencillamente
requieren algo de tiempo para poder ser apreciados, como sucede con ‘Grand
Declaration of War’ (Season of Mist, 2000), por ejemplo.
Un álbum peculiar, sin duda.
Personalmente creo que a nivel musical tiene partes muy interesantes, pero en
conjunto me resulta demasiado experimental y no me gustan nada las voces.
Sí,
sí, te entiendo perfectamente. Fue un trabajo muy controvertido. Mayhem cubre
un espectro musical muy amplio dentro de lo que es el metal extremo. Y eso
incluye experimentaciones como la de ese disco. Y con el nuevo álbum, como te
digo, se trataba de volver un poco a las raíces, pero incorporando un poco de
todo lo que Mayhem ha hecho hasta ahora. Tiene un espíritu similar al de
‘Deathcrush’ (Posercorpse, 1987) pero también tiene un pequeño porcentaje de la
complejidad de ‘Ordo ad Chao’, con esos acordes raros y esa vibración extraña, pasando
por pequeñas pinceladas de todo lo que
hemos editado entre ambos. En mi opinión este disco resume muy bien lo que es y
lo que ha sido Mayhem.
Poco después de la edición
de ‘Ordo ad Chao’, Blashpemer dijo no veía a Mayhem como una banda de puro black
metal. ¿Cuál es tu opinión al respecto?
Estoy
de acuerdo con lo que dijo. No creo que seamos puro black metal, tío. En
nuestra música hay espacio para muchas más cosas. Mira el ‘Deathcrush’, aquello
era pre-death metal incluso. Es difícil de definir. Por supuesto el black metal
es una parte importante de lo que es Mayhem, pero no es la única. También
tenemos toda esa faceta experimental que mencionábamos antes, y la voluntad de
buscar los límites y llevar todo al extremo. No creo que se nos pueda meter
solo en el saco del black metal. Mis letras tratan sobre el lado oscuro del ser
humano, pero definitivamente no escribo sobre adorar al diablo. Respeto a todas
las bandas que tocan autentico black metal de corazón, pero nosotros somos un
poco más libres, no queremos ajustarnos a etiquetas ni estereotipos. Me siento
más cómodo diciendo simplemente que hacemos metal oscuro y extremo.
‘Chimera’ (Season of Mist,
2004) tenía una producción súper nítida mientras que ‘Ordo ad Chao’ era todo lo
contrario. Por su parte, ‘Esoteric Warfare’ está a medio camino entre uno y
otro. ¿A qué se debe tanta experimentación en ese sentido?
A
que la producción de un álbum tiene que ajustarse a lo que es la música. No
puedes tener siempre la misma producción para cada álbum, si siempre sonaran
igual sería algo muy aburrido. Personalmente me encanta ‘Chimera’ pero también
me encanta ‘Ordo ad Chao’. Son dos discos súper distintos entre sí pero ambos
son geniales a su manera. ‘Ordo…’ fue muy experimental a todos los niveles.
Queríamos que sonara como si viniera de otra dimensión, aunque quizás fuimos
demasiado lejos (risas), pero en eso consiste Mayhem: queremos llevar todo al
límite siempre. Y como te decía, a nivel musical el nuevo disco tiene un poco
de todos los anteriores, así que la producción tenía que estar también a medio
camino. No podía ser tan extremadamente pulida y sobreproducida como la de ‘Chimera’,
pero desde luego tampoco podía ser tan sucia y primitiva como la de ‘Ordo ad
Chao’. En general ha quedado muy bien porque es orgánica y también brutal, lo
del anterior trabajo era una historia distinta.
Sí, reconozco que la primera
vez que escuché ‘Ordo ad Chao’ no me podía creer lo mal que sonaba. Pero las
canciones me parecían buenas. Al final conseguí conectar con el álbum.
Te
entiendo perfectamente (risas). Está claro que ese disco es un desafío total.
Hay que hacer un gran esfuerzo para apreciarlo y conseguir conectar con él. No
se lo pusimos fácil a nadie. Entiendo a todos los que dicen que no lo soportan,
porque es obvio que es un trabajo que requiere mucho tiempo y mucha implicación
por parte del oyente, y es normal que mucha gente prefiera escuchar cosas más
fáciles de asimilar en lugar de desesperarse intentando encontrarle el sentido a
todo ese follón (risas).
Es un trabajo realmente
exigente, eso está claro.
Lo
es. Y estuvo bien hacerlo, pero creo que habría sido un error continuar en esa
dirección. Para ese álbum tenía sentido, pero esta vez tenía que ser un poco
más accesible, tanto a nivel de música como de producción. Está claro que
‘Esoteric Warfare’ es un trabajo más fácil de escuchar. Joder, es que en ‘Ordo
ad Chao’ casi no había ni riffs repetidos, era algo muy exagerado en todos los
aspectos. Y las letras eran tan cripticas que recuerdo releerlas un año después
de haber editado el disco y pensar “¿pero qué coño es esto?” (risas). En serio,
adoro ese álbum, pero con hacerlo una vez ya fue suficiente.
‘De Mysteriis Dom Sathanas’ (Deathlike
Silence, 1994) fue muy controvertido por todos los acontecimientos que rodearon
su edición, ‘Grand Declaration of War’ lo fue por su experimentación y ‘Ordo ad
Chao’ por su producción. Es como si siempre hubiera un elemento provocador en Mayhem.
Si,
definitivamente. Depende del disco, no todos son tan provocadores o
desafiantes, pero sí, en general así es. Recuerdo que cuando era un chaval y
empezaba a escuchar música extrema había muchas cosas que de entrada no me
gustaban pero que luego me acababan encantando si perseveraba un poco. Piensa
en un álbum como el ‘Seven Churches’ de Possessed. Cuando salió, en 1985, yo
tendría unos 14 años, y joder, aquello era muy extremo, nadie había hecho nada
similar antes. Era como “guau, creo que esto es demasiado duro”, pero a la vez
no podía dejar de escucharlo (risas). Me obligué a mí mismo a escucharlo unas
diez veces y después de eso acabé completamente enganchado. Así que creo que es
bueno que los discos sean un poco difíciles al principio, así tienes más
detalles para descubrir en cada escucha, de lo contrario puedes acabar aburrido
muy pronto. Y además es algo que actúa como filtro, quiero decir, si lo
intentas con ‘Ordo ad Chao’ sólo una vez y no te gusta… Bueno, en ese caso tal vez esto no sea para
ti, ¿sabes lo que quiero decir? No queremos ser un grupo muy popular, no
tenemos especial interés en gustarle a todo el mundo. Por supuesto que nos
encanta que los fans disfruten con lo que hacemos, pero quizás sea mejor que el
resto de la gente se mantenga alejada de nosotros.
Una vez más, la hoja
promocional del nuevo disco menciona el asesinato de Euronymous y la quema de
iglesias. ¿No crees que después de más de 20 años ya es hora de dejar de
recurrir a eso para promocionar la banda?
(Risas)
Tengo que darte la razón una vez más, tío. ¿Sabes qué pasa? Que todo eso es
parte de la historia de la banda. Y es cierto que han pasado muchos años y que
algunas de esas cosas que sucedieron no son para estar precisamente orgullosos,
pero no reniego de esa parte de nuestra historia. Aunque coincido contigo en
que nada de eso es tan importante hoy en día. Las raíces del grupo están
parcialmente asentadas sobre esos hechos, pero no me importaría dejar eso
atrás. A fin de cuentas, nadie en la banda haría nada de eso en la actualidad.
Nuestra música debería bastar para expresarnos, no necesitamos nada más. De
hecho, ninguno de los actuales miembros de Mayhem tuvo nada que ver con nada de
eso y los que sí tuvieron que ver acabaron muertos o en la cárcel así que no
creo que haya compensado. De todos modos nosotros también fuimos parte de eso
de alguna manera, al menos espiritualmente. Y en su momento yo tampoco me opuse
a nada de eso, no te voy a engañar (risas). Fue una época muy especial. A día
de hoy seguimos siendo la misma banda, pero es obvio que las cosas han
cambiado. No vamos renegar de eso, pero el tiempo pasa, la gente crece y
nosotros ante todo queremos ser conocidos por nuestra música.
Bueno, el nuevo álbum
demuestra que con eso debería bastar.
De
nuevo, muchas gracias. Aprecio mucho que veas las cosas así. Y es que a veces puede
ser un poco irritante, ¿sabes? Quiero decir, hay periodistas que sólo quieren
preguntarnos sobre toda esa historia de principios de los 90, sobre todos esos
acontecimientos extramusicales, y no creo que haya nada más que contar al
respecto. Es una historia que se ha contado mil veces. Hay decenas de
documentales y libros al respecto. No se trata de nada oficial, pero de algún
modo está todo bien documentado. Personalmente prefiero centrarme en la música,
te lo aseguro.
Pero, con total sinceridad,
¿crees que Mayhem sería el grupo de culto que es hoy si todo eso no hubiera
ocurrido?
Es
difícil de decir. Probablemente no fuera lo mismo, ¿pero quién sabe? Por
supuesto la banda habría seguido haciendo música, de eso no me cabe duda. Y
todo eso fue una gran promoción para nosotros, pero míralo desde el otro lado… ¿Cuál
fue el precio a pagar? Joder, murieron personas. Personas que eran nuestros
amigos. No es una puta broma. La policía estaba detrás de nosotros, estábamos
arruinados, no teníamos más que problemas. Y sí, todo eso terminó siendo
promoción para nosotros, pero antes de que lo ocurrido tuviera ese efecto
beneficioso, la banda se vio seriamente perjudicada por todo eso. No solo las
iglesias se vieron reducidas a cenizas, Mayhem también (risas).
Pero al final la banda
consiguió superar eso y salir adelante…
Creo
que es bueno que a pesar de todo hayamos podido continuar. Me alegra mucho
haber sobrevivido a toda esa etapa y estar de vuelta tocando con la banda. Y aprecio
mucho todo lo que hicieron Blasphemer, Maniac (Sven-Erik Kristiansen, cantante
durante 1987 y en el periodo 1995-2004) y todos los que contribuyeron al
resurgir del grupo tras toda esa locura. Pero volviendo a la pregunta, como
puedes ver, la moneda tiene dos caras. También imagino que hay mucha gente que
piensa que soy millonario porque ‘De Mysteriis Dom Sathanas’ vendió muchísimo,
pero te garantizo que no lo soy (risas). La historia es muy distinta, el disco
funcionó, pero llegamos a pensar que no se editaría nunca.
Está claro que ‘De Mysteriis
Dom Sathanas’ fue un disco rompedor. Creo que ‘Esoteric Warfare’ también podría
serlo. ¿Estás de acuerdo con esto?
Es
posible, sí. Los dos tienen cosas en común. No a nivel musical, claro, porque son
muy distintos el uno del otro y han pasado 20 años entre los dos. Pero está
claro que de algún modo los dos tienen el mismo espíritu. Es difícil saber si
el nuevo trabajo va a tener la misma repercusión, probablemente no, porque “De
Mysteriis…” ya es legendario y competir con su peso histórico es difícil. Pero
al menos yo logro ver una pequeña conexión entre ambos, a pesar de que las
formaciones que los grabaron y las circunstancias que rodean a cada uno en
general sean muy distintas, y es que la vibración es la misma en ambos
trabajos. Los dos tienen el mismo feeling aunque la forma de expresarlo sea
totalmente diferente. Otra conexión importante entre ambos es Teloch,
precisamente. Él creció escuchando ‘De Mysteriis Dom Sathanas’, me dijo que
empezó a escuchar black metal gracias a ese disco y que influyó mucho en su manera
de tocar la guitarra, así que es muy importante para él. Y esa influencia, de algún modo, ahora revierte en el nuevo
material. Es como un círculo completo.
Llevas muchos años metido en
la escena, al menos desde que en 1987 empezaste con Tormentor, ¿Qué significa
para ti el metal extremo en general y el black metal en particular?
Bueno,
es mi vida, tío. Es increíble, sigue siendo lo que más me gusta. Crecí con esta
música, llevo tocándola desde que era un chaval y mira, dentro de unos días
cumpliré 43 años (la entrevista se hizo el 26 de marzo) y me siento como si aún
no hubiera crecido (risas). Sigo estando extremadamente vinculado a esta música,
pero lógicamente los años van pasando y mis gustos se han ido expandiendo un
poco. Hoy en día me gusta experimentar también con otros sonidos.
Cuando
tienes unos 20 años y escuchas metal extremo estás totalmente metido en ello,
joder, solo fíjate en nosotros (risas). Eran tiempos salvajes. Pero luego
creces y evolucionas y descubres también otras cosas. Es algo que no puedes
apreciar cuando eres un chaval y estás cegado por la energía del metal. Pero
sigo adorando el metal extremo por encima de todas las cosas.
Imagino que en los 80 las
cosas serían muy distintas, especialmente viviendo en Hungría.
Eran
muy, muy distintas. Entre 1984 y 1987 todo esto era nuevo y cuando empezamos
con Tormentor la escena no existía como tal. Era una cuestión de puro instinto.
Todo el rollo satánico era muy nuevo y muy radical, y en Hungría todo era muy
distinto por aquel entonces. Era como vivir en otro planeta. Por supuesto, no
había internet, no es como ahora que puedes teclear, yo que sé, “ocultismo” en
Google y tienes miles de páginas con información a tu disposición. En los 80 como
mucho teníamos un par de libros sobre el tema que releíamos una y otra vez. Y mira hoy, llegamos a tocar en grandes
festivales delante de 15.000 personas o así. Es increíble considerando cómo
fueron los inicios. Empezamos haciendo esto por instinto, y el tiempo nos ha
dado la razón, no fue ningún error apostar por esta música.
Este año se cumplen dos
décadas de la edición de ‘De Mysteriis Dom Sathanas’, un trabajo clave para la
escena black metal. ¿Qué recuerdos tienes de la grabación?
Recuerdo
muchas cosas. Éramos muy optimistas y estábamos muy ilusionados, pero llevó
mucho tiempo completar el álbum. Yo estuve en contacto con los chicos desde
1991, aunque las voces las grabé en 1993. La escena era completamente distinta
de cómo es hoy. Grabar un disco era algo muy costoso y tuvimos que juntar todos
nuestros ahorros para poder entrar en el estudio, no había ningún sello detrás
dándonos respaldo económico. Hacer ese trabajo fue algo muy grande. Antes no
era como ahora, que casi cualquiera puede grabar un cd en casa, subirlo a
internet y moverlo desde ahí. Eso es bueno, y me alegro de que ahora existan
estas facilidades, pero antes era distinto. ‘De Mysteriis Dom Sathanas’ fue mi
primera grabación seria y yo alucinaba pensando en el hecho de que iba a tener
un vinilo editado, porque con Tormentor lo intentamos pero no lo conseguimos. Las
demos que grabamos no se editaron en vinilo hasta varios años después. Pero
volviendo al álbum, la verdad es que viajar hasta Noruega fue muy emocionante.
Estábamos todos realmente entusiasmados. El estudio Grieghallen, en Bergen, era
un lugar genial y Pytten (productor y gurú del black metal noruego) fue muy
amable con nosotros. No todo el mundo estuvo en el estudio todo el tiempo. Por
ejemplo, cuando yo llegué ya estaban grabadas las baterías y las guitarras
desde casi dos años antes. Fue un proceso muy lento.
¿Cómo fue grabar tus voces?
Cuando
iba a grabar todo el mundo me daba instrucciones y yo hice lo posible por
complacer a todos. Algo interesante es que pedí una habitación a oscuras, con
unas cortinas negras y velas, buscando la atmosfera ideal. Mi intención era que
la sala de grabación fuera como una especie de cripta. No quería que nadie me
viera, así que pedí cortinas y oscuridad total.
Por cierto, ¿cómo se te
ocurrieron esas partes de voz limpia del tema título? Son muy originales.
Bueno,
eso no fue sólo idea mía. Fue cosa de toda la banda. No lo tenía planeado, pero
en un momento dado probé a meter una voz limpia más profunda, de forma un poco
improvisada, y a Euronymous le gustó mucho el resultado y me animó a recitar
todo un pasaje con ese registro. Su idea era la de recrear una especie de
ceremonia oscura, como si estuviera rezando unas oraciones malignas en un altar
o algo así. Y lo cierto es que funcionó muy bien.
¿Recuerdas algún dato
curioso sobre la grabación?
Claro.
Por ejemplo, en el disco metimos un gong que cogimos de una habitación del
estudio en la que había almacenado mucho
material de orquesta. “Cojámoslo 15 minutos, nadie se dará cuenta”, pensamos. Y
está en el álbum, puedes oírlo, simplemente escucha con atención el inicio de
“Funeral Fog”. Incluso hay teclados en el disco, que es algo que casi nadie sabe.
Euronymous era un gran fan de Tangerine Dream, tenía muchísimo material de ese
grupo, era una locura. Estaba enamorado de ese sonido analógico de los sintetizadores
de los 60, y acabamos metiendo un poco de eso en el álbum, pero mezclado muy
bajo, de manera que cuesta apreciarlo pero contribuye a realzar la atmósfera de
ciertas partes. Es un pequeño secreto. Tengo grandes recuerdos de ese trabajo,
sin duda fue una época buena.
¿Aún lo escuchas de vez en
cuando?
Bueno,
la verdad es que es raro que hoy en día me dé por ponerme ese álbum en casa.
Pero sí, lo hago alguna que otra vez, muy de vez en cuando. Es un trabajo con
el que estoy muy contento. Es parte de mí. Creo que no me hace falta ni poner
el cd. Con darle a play en mi cerebro ya es como si lo escuchara (risas).
¿Pensaste alguna vez que el
álbum se acabaría convirtiendo en una obra maestra del metal extremo?
La
verdad es que no. Yo sabía que era un gran material, pero nadie podía imaginar
que se iba a convertir en algo legendario. Cuando conocí a la banda a través
del ‘Deathcrush’ pensé que eran buenos pero en cierto modo me recordaban a lo
que hacíamos con Tormentor, así que no era algo especialmente nuevo para mí.
Pero cuando escuché los temas del ‘Mysteriis…’ me quedé de piedra. Nunca había
escuchado unos riffs así ni una batería como la de Hellhammer (Jan Axel
Blomberg, batería desde 1988). Me
impactó mucho y empecé a tener grandes expectativas. La escena aún era muy
underground, le veíamos el potencial al disco pero nadie sabía que estallaría
de esa manera.
¿Qué crees que pensaría
Euronymous de los actuales Mayhem si aún siguiera con vida?
Es
una muy buena pregunta. Lo he pensado mil veces. Aún pienso mucho en él y en Per
(Yngve Ohlin, conocido como Dead, cantante de la banda entre 1988 y 1991) y en
lo que opinarían sobre esto. Euronymous fue muy importante para el grupo y sería
interesante conocer su opinión al respecto. Mayhem era algo muy avanzado a su tiempo,
Euronymous no era nada conformista en ese sentido, le gustaban las cosas nuevas.
Sinceramente, si viviera, no creo que a día de hoy, en 2014, continuara tocando
black metal de la vieja escuela. Pienso que le habría gustado experimentar y
avanzar. No creo que estuviera tan satisfecho con la evolución del grupo como
lo podemos estar nosotros, pero supongo que muchas de las cosas que hemos
estado haciendo sin él le parecerían interesantes.
No sé hasta qué punto habría
aceptado un álbum como ‘Grand Declaration of War’…
Mmmm
(se lo piensa)… ¿Tan seguro estás de que no le habría gustado? Bien, ese disco
fue muy importante para nosotros en el sentido de que dejó claro que Mayhem es
mucho más que un grupo de black metal. ‘Wolf’s Lair Abyss’ (Misanthropy
Records, 1997) fue una buena forma de regresar, y me gusta mucho, pero creo que
la banda necesitaba romper todos los límites establecidos y salir con algo
completamente nuevo. Ese afán transgresor es algo que a Euronymous le habría
gustado, porque el odiaba los grupos que simplemente se limitaban a imitar a
otros, siguiendo las modas. Eso era muy comercial para su gusto. En el fondo a
él le gustaban las cosas nuevas. Recuerdo que cuando me presento a Blackthorn
(Snorre Ruch, segundo guitarrista de la banda entre 1992 y 1993) me dijo “este
tío va a escribir nuestro próximo álbum”, así que es obvio que quería
evolucionar con el estilo compositivo del grupo, no era nada partidario de
estancarse o aferrarse a una fórmula concreta.
Todo el mundo conoce su
alter ego como Euronymous pero, ¿cómo era Oystein Aarseth como persona?
A
él le gustaba ser único, ser él mismo. La verdad es que no se le podía comparar
con nadie. Tenía mucho carisma. Cuando hablaba, la gente le escuchaba. Tenía ideas
extremas, solía decir que necesitábamos más fanáticos terroristas del black
metal (risas), y cosas por el estilo. Era algo megalómano, un tío muy especial,
pero era una buena persona. Tuvimos muy
buenas charlas y pasamos muy buenos momentos juntos. Sólo traté con él en
persona durante dos semanas, el tiempo que estuve en Noruega, pero antes de eso
habíamos estado intercambiándonos cartas y hablábamos mucho por teléfono sobre
posibles giras y demás. Era un gran tipo.
También tuviste ocasión de
conocer a Varg Vikernes (único miembro de Burzum y bajista de la banda entre
1992 y 1993). ¿Cómo lo llevaste con él?
Sí,
nunca tuve ningún problema con Varg. Musicalmente creo que teníamos mucho en
común, y también a un nivel más filosófico, aunque no teníamos nada que ver en
cuanto a ideas políticas (risas). En general encajamos bastante bien y de hecho
él quería editar mi antiguo proyecto electrónico, Plasma Pool. A él le gustaba
mucho ese rollo, de hecho creo que le sigue gustando.
¿Has escuchado los trabajos
que ha editado desde que salió de prisión?
No
realmente. No he escuchado los dos más recientes, pero sí que he escuchado ‘Belus’
y ‘Fallen’ y me parecen más o menos interesantes. Imagino que acabaré
escuchando también los nuevos porque en general es un músico al que respeto. De
hecho creo que va a editar un nuevo trabajo en breve, va a un ritmo de un disco
por año desde que quedó en libertad. Es más trabajador que nosotros (risas). En
general me gusta Burzum, me parece un proyecto bastante único. Y no tengo nada
en contra de Varg ni le deseo nada malo, aunque sólo me interesa su faceta
artística, por lo demás creo que hace tiempo que perdió un poco el norte.
¿Por qué no formaste parte
de la reunión de la banda en 1995?
Porque
estaba en Hungría, totalmente apartado de los demás, y había perdido mis
contactos. Con quien más trataba era con Euronymous y, en menor medida, con
Varg y Snorre, y por un motivo u otro todos ellos estaban desaparecidos
(risas). Me llevaba muy bien con Jan Axel pero de algún modo no mantuvimos el trato,
yo no tenía ni su dirección ni su número de teléfono, así que no podía hacer
gran cosa al respecto. Y además nunca tuve ocasión de conocer a Necrobutcher (Jorn
Stubberud, cofundador y bajista de la banda en los periodos 1984-1991 y
1995-presente) cuando estuve en Noruega. Básicamente no tenía relación con
nadie. Por otra parte, imagino que ellos querían empezar algo nuevo y romper un
poco ese vínculo con el pasado, porque la formación que grabó ‘De Mysteriis Dom
Sathanas’ se había metido en demasiados líos. Y, por supuesto, por razones
prácticas, si querían trabajar a buen ritmo con el grupo, necesitaban a un
cantante que viviera más cerca de ellos, no en la jodida Budapest (risas).