(Entrevista originalmente publicada en el nº 8 de la revista This Is Metal)
No hay duda de que Incantation es una de las bandas más legendarias de la escena death metal americana. En activo desde 1989 y extremadamente fieles a sus principios, los de Pensilvania son un ejemplo de constancia y buen hacer, cuya intachable trayectoria les hace merecedores del calificativo de grupo de culto. Un muy accesible John McEntee (vocalista, guitarrista y miembro fundador) conversa con Iago Fuentes semanas antes de que la formación edite su nuevo álbum ‘Dirges of Elysium’ y se embarque en una extensa gira europea.
‘Dirges of Elysium’ (Listenable, 2014) es puro Incantation, aunque a estas alturas no creo que nadie se espere otra cosa de vosotros. Es genial que sigáis siendo fieles a vuestro estilo a pesar de los años.
Eso nunca va a cambiar.
Para mí es muy importante que nuestros discos suenen a Incantation y no a otra
cosa. Sé cómo tiene que sonar esta banda, y nunca se me ocurriría editar bajo
el nombre de Incantation algo que no encaje totalmente en el concepto que
visualicé cuando empezamos. No es que queramos hacer una y otra vez el mismo
trabajo, porque eso no tendría sentido, y por eso tratamos de explorar nuevas
ideas, pero lo hacemos siempre dentro del contexto de lo que se supone que
tiene que ser el grupo. Muchas bandas se sienten limitadas por el estilo que
tocan y eso les lleva a experimentar y probar cosas totalmente diferentes.
Nosotros no. Mientras estemos en activo seguiremos tocando death metal oscuro y
brutal.
Es curioso, en 2004 te pregunté qué creías que iba a ser de Incantation una década más tarde y me dijiste esa misma frase. Desde luego no me estabas mintiendo.
(Risas)
Claro que no. Nos encanta lo que hacemos y cuando uno está realmente metido en
lo que hace siempre encuentra la forma de darle otra vuelta de tuerca a su
estilo sin traicionar sus raíces ni desvirtuar su esencia como banda. Eso es lo
que estamos haciendo nosotros. En ese sentido creo que nunca vamos a
decepcionar a nadie.
Pues es un alivio. Mira
lo que pasó con Morbid Angel.
(Carcajadas) Sí, como
fan de Morbid Angel me pareció realmente triste lo que hicieron con su último
álbum. De hecho no me lo podía creer, pensaba que era una broma. Es un grupo al
que siempre he respetado mucho y que tuvo un gran impacto sobre mí, pero ese
disco es un chiste. En mi opinión, si querían hacer algo distinto siempre
tenían la opción de hacerlo bajo otro nombre para no ensuciar su trayectoria.
Pero es solo mi forma de verlo. Por ejemplo, creo que Peter Tägtgren hizo lo
correcto al editar su proyecto industrial con otro nombre y no mezclarlo con
Hypocrisy. No sé, Morbid Angel son mucho más grandes que nosotros, así que
imagino que sabrán lo que están haciendo.
¿Y qué me dices de
Paradise Lost? Sé que eres un gran fan de su primera etapa. A finales de los
’90 la experimentación se les fue de las manos.
Paradise
Lost es un gran ejemplo de cómo un grupo puede perder totalmente el norte.
Cuando empezamos con Incantation ellos ya tenían tres o cuatro demos y fueron
una gran influencia para mí. Me encantaba lo que hacían y tuve una época en la
que trataba de hacerme con todo el material suyo que podía. Ese estilo death
doom que practicaban al principio de todo me parecía una pasada. Fue una locura
la forma en la que evolucionaron hasta convertirse en un grupo totalmente
distinto. Llámame cerrado, pero al menos para mí hay un punto el que tienes que
pararte y decir “joder, somos una banda diferente” (risas).
Como digo, en
contrapartida vosotros seguís apostando por vuestra clásica fórmula. ¿No se te va
haciendo algo más difícil seguir sacando riffs e ideas para cada nuevo álbum?
A veces cuesta y a
veces no. Esa es la razón por la que entre ‘Primordial Domination’ (Listenable,
2006) y ‘Vanquish in Vengeance’ (Listenable, 2012) pasaron seis años. Durante
esa época no estaba muy inspirado y me hizo falta desconectar un poco. Después de
un tiempo sentí que nuevamente volvía a tener algo que expresar, así que
empezamos a componer material poco a poco hasta lograr completar un buen puñado
de temas. Pero lo hicimos sin presiones ni prisas de ningún tipo. No me gusta
forzar las cosas, prefiero que todo sea natural. Se trata de grabar discos
cuando tienes algo que decir, no de grabarlos por el mero hecho de mantener un
ritmo constante de un trabajo cada dos años o lo que sea. En ese caso estás
convirtiendo tu música en un producto y para nosotros esto es distinto, es algo
que hacemos porque nos apasiona. Ahora estamos en un momento muy prolífico. De
hecho, después de ‘Vanquish in Vengeance’ nos quedaron como cinco o seis
canciones que no llegamos a usar, y con el nuevo dejamos fuera otras ocho o
nueve porque ya teníamos cerrado el listado de temas que iban a formar parte
del álbum.
Eso es mucho material. ¿De
dónde sacas todos esos fantásticos y oscuros riffs? Quiero decir, ¿cómo
funciona el proceso de composición en Incantation?
Bien,
desde que empecé con el grupo siempre tuve que claro que no teníamos por qué
seguir ninguna norma pre-establecida en lo que a composición se refiere. No se
trataba de estar pendiente de la escala que estuviera tocando o de que las
notas estuvieran dentro de la tonalidad, era más bien una cuestión de feeling. Eso
es lo más importante cuando compongo. Cuando Paul (Ledney, batería original de
la banda, también fundador de Profanatica) y yo creamos Incantation solíamos
tararearnos el uno al otro riffs que se nos ocurrían y luego tratábamos de
sacarlos con la guitarra, así que era todo muy natural y espontáneo porque era
una forma de componer que no entendía de limitaciones técnicas. Intentaba tocar
lo que sonaba en mi cabeza en lugar de tocar los que me resultara más fácil con
la guitarra.
¿Sigues componiendo de
esa manera hoy en día?
Sí,
muchos de mis riffs salen así. Si estamos en el local de ensayo intentando
escribir algo y me atasco con una parte que no termina de sonar de un modo que
me guste, paro un momento y pienso en el riff e intento imaginar posibles
finales o variaciones, y luego vuelvo a coger la guitarra y entonces lo
consigo. Para mí siempre ha funcionado esa forma de sacar riffs, aunque en
ocasiones también pasa que lo que suena genial en tu cabeza resulta ser
horrible cuando lo tocas con la guitarra, así que funciona a ambos lados. Pero
en general siempre he pensado que a la hora de componer es bueno usar tu
imaginación en lugar de simplemente limitarte a tus habilidades como músico.
Es un enfoque interesante.
Pero dime, ¿cómo es que el constante ir y venir de miembros no ha influido
nunca en el estilo de la banda?
Bueno, es que a fin de cuentas yo soy el principal compositor, de modo que todo lo que hacemos pasa un poco por mi filtro. En cualquier caso, los dos últimos discos han sido más cosa de toda la banda. Alex (Bouks, guitarrista entre 2007 y 2014), Chuck (Sherwood, bajista desde 2008) y Kyle (Severn, batería en los periodos 1994-1998, 2000-2007 y 2009-presente) escribieron cosas para el álbum que luego hemos ido puliendo y arreglando entre todos. Es genial que haya sido así porque tengo que reconocer que al hacerlo de esta forma el disco suena más dinámico. Nuestros tres anteriores trabajos fueron más bien cosa mía y de Kyle, y no salieron mal, al contrario, pero ahora que por fin estamos escribiendo como una banda al completo me doy cuenta de que me gusta más hacerlo así.
En relación a esto, debo
decir que es impresionante la enorme cantidad de músicos que han pasado por
Incantation. ¿Cuál ha sido el motivo de tanto cambio?
He estado reflexionando
sobre esto últimamente y creo que en buena medida todos esos cambios se
produjeron por culpa de mi inmadurez. Entre 1990 y 2002, más o menos, creo que
lo que yo pretendía era moldear a mi antojo a los miembros que pasaban por la
banda, en lugar de aceptarlos tal y como eran, con sus gustos, influencias y
manera de tocar. En cierto modo podrías decir que pretendía convertirlos en mis
marionetas (risas). Luego me di cuenta de que no tiene sentido forzar a la
gente para que haga lo que no quiere hacer, pero es que durante muchos años
cometí el error de querer que todo el mundo que pasara por la banda viera las
cosas exactamente igual que yo, cuando está claro que eso no es posible.
Finalmente acepté que no hay nada de malo en que otras personas no compartan al
100% mi visión si pese a ello seguimos estando de acuerdo en muchas otras
cosas. A fin de cuentas un punto de vista diferente puede ser enriquecedor. Por
desgracia mi inmadurez me impidió ver esto en su día. También creo que en el pasado
muchas veces me precipité al reclutar a ciertos miembros por el simple hecho de
querer completar la formación, cuando era obvio que no eran las personas
adecuadas. Habría sido mejor esperar y buscar con calma a los miembros
correctos.
A pesar de todo, ¿sacas
algún aspecto positivo de todos esos cambios de formación?
Sí, por supuesto. He
aprendido mucho a base de tocar con tanta gente, cosas buenas y malas, pero
todo lo que sea aprendizaje es útil. Fue un auténtico placer tocar con algunos
de esos músicos. Por ejemplo, tengo un gran recuerdo de Richard Christy
(batería en el año 2000, ex-Death y ex-Acheron, entre otros), Dave Culross
(batería en 1999, ex-Suffocation y ex-Malevolent Creation, entre otros), Daniel
Corchado (cantante y bajista en el álbum ‘Diabolical Conquest’ de 1998), Mike
Saez (cantante y guitarrista en 1996 y en el periodo 1999-2001)... La lista es
larga. En concreto, Richard era un tío genial, tenía un carácter muy bueno,
además de ser un gran músico. Lo mejor eran sus ganas de tocar, se notaba que
disfrutaba con la música. De toda esta gente he aprendido muchas cosas y desde
ese punto de vista el baile de miembros ha sido enriquecedor para mí como
músico y como persona. Entiendo que para alguien de fuera pueda parecer una
locura, pero lo importante es que gracias a todos esos músicos Incantation ha
conseguido permanecer en activo desde hace 25 años de forma ininterrumpida.
Precisamente, como
devoto que siempre has sido del auténtico death metal, ¿qué opinas de la
evolución del metal en el último cuarto
de siglo?
No sé muy bien qué pensar. Ha habido cosas buenas y malas. Cuando empezamos con el grupo, en 1989, había una emergente escena de death metal muy interesante, cada banda tenía su propio sonido y en general todo era fantástico. Entonces tuvo lugar la explosión del black metal y de repente pasamos de llenar salas a tocar para cuatro personas, lo cual fue realmente extraño. Pero peor fue cuando se puso de moda mezclar el metal con el hip hop, aquello fue terrible. Cinco años después, todo el mundo está tratando de tocar lo más rápido posible (risas), después llegó esa historia del metalcore, el deathcore o lo que sea. No sé, entiendo que es normal que el metal evolucione, pero yo no logro encontrar nada que me guste en la mayoría de estilos que han ido surgiendo desde que empezamos. Por eso nosotros preferimos ir a lo nuestro al margen de modas, tendencias y todo eso.
En concreto, ¿qué
opinas de todas esas bandas ultra técnicas, ultra brutales y con un sonido
súper moderno que tanto abundan ahora?
A esto es a lo que me
refería hace un momento. Personalmente no me gustan esas bandas. No tengo
ningún problema con la música técnica o rápida, pero no me gustan los grupos
que son sólo técnicos o rápidos porque sí. Creo que un músico con talento
debería saber usar esa técnica como recurso para hacer un buen tema en lugar de
tocar un millón de notas por segundo simplemente por demostrar que puede
hacerlo. Por supuesto, quienes tocan ese estilo tienen una gran habilidad y eso
lo respeto, pero como oyente no me tiene demasiado interés. Prefiero escuchar
algo que pueda recordar. Canciones, ya sabes. Me gusta que la música transmita
algo, que tenga algo de feeling. Con los grupos ultrabrutales o ultratecnicos
lo que me ocurre es que me impresionan durante dos minutos pero después me
aburren mucho.
De todos modos no solo
la música ha evolucionado, sino que el negocio y el entorno, lo que es la escena
en general, también lo han hecho. Tú fuiste un tapetrader y ahora tienes un
perfil en Facebook. Las cosas cambian.
Sí, y es extraño porque internet tiene
cosas muy buenas, es fácil tener contactos y mantener a la gente informada de
lo que sea casi al instante, pero a la vez el contacto es mucho más frio y el
vínculo que creas no es tan fuerte. Era diferente cuando escribías una carta,
aquello era algo mucho más personal. En Facebook básicamente le das a “me
gusta” y comentas cualquier tontería (risas). Internet es muy práctico para
mover tu música y promocionar tu banda, pero también es fácil pasar desapercibido
porque hay millones de grupos ahí fuera avasallando a la gente con su música.
En su día, cuando recibías una carta con un cassete que había viajado desde la
otra punta del mundo hasta llegar a tu casa, evidentemente tenías que darle una
escucha. Era otra cosa. Y es cierto que ahora todo ha cambiado. Conseguir
música, por ejemplo, es muy fácil hoy en día: haces un par de clicks y en media
hora tienes la discografía completa de cualquier grupo en tu disco duro. Será
muy práctico, pero se ha perdido buena parte del encanto de comprar álbumes.
Las nuevas generaciones no valoran eso.
Si tuvieras la
oportunidad de cambiar alguna cosa relacionada con la historia de la banda, ¿lo
harías?
Seguramente
no. Sin duda me gustaría que nuestros primeros trabajos tuvieran una mejor
producción, así que eso sí que lo cambiaria, pero nada más allá de eso. Hemos
vivido muchos momentos buenos y malos, los buenos han sido fantásticos pero
tampoco sé si cambiaria los malos porque de esas cosas también he aprendido mucho.
Estoy contento de haber pasado por todo eso, a pesar de que algunos momentos
hayan sido especialmente duros.
Sois un referente del
underground pero, ¿te frustra de algún modo que grupos con mucha menos
trayectoria que vosotros se hayan hecho más grandes en la mitad de tiempo?
No, en realidad no. No estamos compitiendo con nadie. Y además nosotros hemos llegado mucho más lejos de lo que esperábamos cuando formamos el grupo y con eso me doy por satisfecho. Nunca tuvimos ningún interés en ser populares. Obviamente seria genial ser un grupo grande, ganar mucho dinero y tocar en salas enormes llenas de fans, pero parte del precio a pagar por tocar la música que realmente nos gusta y permanecer fieles a nuestros principios es movernos a un nivel más underground. También habría que ver cuántas de esas bandas nuevas tan exitosas realmente disfrutan tocando esa música o simplemente están pasando por el aro para vender más álbumes. Claro que también hay grupos grandes que no hacen concesiones y sin embargo tienen mucho éxito, mira por ejemplo a Nile, aunque en su caso también hay muchos años de esfuerzo detrás, no son precisamente un grupo nuevo. Nosotros no seremos tan grandes, pero al menos creo que tenemos una buena reputación. Para nosotros está bien así. Claro que nos gustaría ser mucho más conocidos, pero nunca a costa de hacer concesiones de tipo comercial.
Con todo, ¿estás en una
posición en la que finalmente puedes vivir de la banda o tienes un trabajo
normal además de Incantation y tu discográfica Ibex Moon?
No, por desgracia no
podemos vivir de Incantation. No nos va mal como banda, creo que somos un grupo
respetado y siempre hemos funcionado bastante bien, de hecho creo que estamos
en nuestro mejor momento, pero al nivel que nos movemos no sacamos mucho dinero
de esto. Ahora mismo tampoco tengo un trabajo normal porque me despidieron
después de irme de gira, lo cual fue una putada, pero este año tenemos tantas
cosas previstas para la banda que creo que me vendrá bien tener el tiempo
necesario para poder dedicárselo a Incantation. En cuanto al sello, ya no está
activo, lo he cerrado, no daba mucho dinero y me tenía demasiado ocupado y
teniendo en cuenta los problemas de salud de mi mujer pensé que sería mejor
pararlo. Las facturas médicas para su tratamiento son muy caras, y no podía
invertir tanto dinero ni tiempo en el sello teniendo este problema.
Ya que lo mencionas,
¿cómo se encuentra Jill (McEntee)? Sé que tuvo un ataque al corazón hace unos
meses.
Ella está bien, muchas
gracias. Sí, tuvo un ataque al corazón el pasado mes de septiembre, un susto
muy grande, pero por suerte ha mejorado mucho desde entonces. Es diabética tipo
1 desde los 8 años, con lo cual siempre ha tenido que cuidarse. Algunas complicaciones
le acompañarán toda la vida, es algo que tenemos claro, pero ahora mismo está
estable y mejorando. En general lo vamos llevando bien.
Me alegra que esté mejor.
Imagino que Funerus (grupo de Jill, en el que también toca John desde 2002) sigue
en activo, ¿no?
Sí, por supuesto, ahora
mismo estamos trabajando en un siete pulgadas y después de eso haremos un álbum
completo. Estoy realmente contento de cómo van las cosas en el grupo y tenemos
muchas ganas de hacer cosas. Tenemos un montón de ideas y de planes para la
banda. Ahora mismo no tenemos un batería fijo, ya que Kyle lo dejo hace algún
tiempo, pero no es un problema porque tenemos gente que nos está echando un
cable hasta que demos con la persona adecuada.
Por cierto, tengo
entendido que en la época de ‘Decimate Christendom’ (Listenable, 2004) teníais
planeado editar un Ep con tres largos temas de doom metal. ¿Qué pasó al final
con esa grabación?
Guau,
es increíble que sepas eso. Eres la primera persona que me pregunta por ese Ep.
El caso es que finalmente decidimos no grabarlo porque por aquel entonces nos
preocupaba un poco que los fans pudieran pensar que estábamos cambiando nuestro
estilo. Las partes doom siempre han estado muy presentes en nuestra música,
pero ya me entiendes, un lanzamiento así quizás podría haber confundido un poco
a la gente. Sin embargo a día de hoy somos un poco más conocidos y, como tú
decías antes, a estas alturas todo el mundo debe tener claro lo que se puede
esperar de nosotros así que esto ya no me preocupa mucho. No se trataría de ir
en una nueva dirección, sino de profundizar un poco más en el lado doom que
siempre ha tenido nuestra música.
¿Es posible que los
temas “Legion of Dis” y “Elysium”, que cierran el disco anterior y el nuevo,
respectivamente, sean dos de los cortes que teníais pensado incluir en dicho Ep?
No, esos dos temas fueron especialmente compuestos para ‘Vanquish in Vengeance’ y
‘Dirges of Elysium’. El único tema de los que estaban previstos para el Ep que
acabamos usando en otro álbum fue “Horns of Eradication” de ‘Decimate
Christendom’. En cuanto al resto de ese material doom, tenemos otras tres
canciones que no hemos terminado del todo y que solemos tocar en los ensayos,
así que es posible que ese Ep acabe viendo la luz después de editar el próximo
disco. Además, ahora que Alex ha dejado la banda y tenemos a Sonny (Lombarozzi,
guitarrista en los periodos 2002-2004 y 2014-presente) de vuelta, esa edición
tiene total sentido porque empezamos a componer esos temas en la época en la
que Sonny estaba en el grupo, así que estaría bien terminarlos ahora que ha
vuelto con nosotros.
Otra duda: nunca he
entendido a qué se debió el lanzamiento de ‘Upon the Throne of Apocalypse’
(Relapse, 1995). Básicamente se trataba del álbum ‘Mortal Throne of the
Nazarene’ (Relapse, 1994) con el orden de temas invertido. ¿Me lo explicas?
En esa época las cosas
eran un puto lio entre nosotros y el sello. Había demasiadas tensiones en la
formación con la que grabamos ‘Mortal Throne of the Nazarene’ y además a Relapse no le gustó el sonido del
disco, por ese motivo editaron ‘Upon the Throne of Apocalypse’, que era el
mismo álbum pero sin mezclar. El caso es que lo hicieron sin mi consentimiento,
aunque tenían el de Craig Pillard (cantante y guitarrista en el periodo
1992-1994, sólo cantante en el periodo 1996-1997 y de nuevo en 2008) y Jim Roe
(batería en los periodos 1990-1994 y 2007-2009), así que reeditaron el mismo
trabajo con diferente nombre a modo de reacción contra mí. Creo que fue su
forma de decirme “que te jodan, John, nosotros también tenemos algo que decir”.
Creo que todos fuimos bastante estúpidos en esa época. A día de hoy no tengo
nada en contra de ese disco, aunque es obvio
que en su momento Relapse y los ex-miembros lo editaron porque pensaron que
sería malo para mí, pero no me importa. Está bien, se hizo y ya está, me
hubiera gustado ser parte de ello, pero bueno, como te digo la relación con los
ex-miembros no era buena y supongo que ellos también estaban en su derecho de
sacar su propia versión del álbum.
Por simple curiosidad:
eres un gran fan de Celtic Frost pero, ¿qué opinas de Triptykon? ¿Te gustan?
Bueno, tengo su primer disco y creo que está muy bien. Del nuevo apenas he escuchado el tema de adelanto, y me pareció curioso porque empieza realmente bien pero de repente meten un ritmo de batería que no me gusta nada, es como muy del estilo nu metal, y cada vez que lo escucho me entran ganas de vomitar. El caso es que por culpa de eso se me quitaron las ganas de escuchar el álbum entero. Soy un gran fan de Celtic Frost y respeto mucho a Tom G. Warrior, pero temo que el nuevo trabajo me decepcione. Evidentemente en su carrera ha habido momentos buenos y malos, como el ‘Cold Lake’, que era un desastre (risas), claro que tampoco me gustó demasiado lo que hizo con ‘Monotheist’. Algunos temas de ese disco me sonaban un poco a Type O Negative, y para mí eso no es algo bueno (risas), pero lo peor es que en el primer tema hay un riff malísimo que me recuerda horrores a Kid Rock (carcajadas). Aunque no me entiendas mal, de verdad que respeto mucho a Tom, es uno de mis ídolos, lo que pasa es que el tío es capaz de lo mejor y de lo peor (risas).