28 dic 2022

Malevolent Creation - Phil Fasciana (octubre 2015)



(Entrevista originalmente publicada en el nº 15 de la revista This is Metal)



En activo desde 1987, Malevolent Creation son uno de los grupos más veteranos y consistentes de la escena americana. Su carrera siempre ha estado plagada de contratiempos: desde problemas con las discográficas a un constante ir y venir de miembros, pasando por adicciones a las drogas y declaraciones controvertidas. Sin embargo, los de Florida nunca han tirado la toalla. Su nuevo álbum, el decimosegundo ya, lleva por nombre ‘Dead Man’s Path’ y demuestra que la banda aún tiene mucho que decir. Iago Fuentes se citó con el siempre simpático Phil Fasciana, líder de la formación, para hablar sobre este disco y comprobar que el rubio guitarrista sigue sin tener pelos en la lengua.




¿Cómo se gestó vuestro nuevo álbum, ‘Dead Man’s Path’? Habiendo pasado cinco años desde vuestro anterior disco supongo que no habrá sido un parto fácil, por decirlo de alguna manera.

Créeme, tío, no lo ha sido. Aparte de todas las giras que hemos hecho en los últimos años, yo tuve varios problemas personales. Entre otras cosas, perdí a mi padre y a mi abuelo en cuestión de unos meses. Me llevó un tiempo superar ciertos asuntos y centrarme en la composición, pero finalmente conseguí escribir cinco temas y grabarlos en formato demo con nuestro anterior batería. En ese punto surgieron más complicaciones porque me di cuenta de que Gus (Rios, batería de la banda entre 2010 y 2014) no estaba enfocando las cosas igual que el resto. No estaba tocando al nivel que esperábamos de él. De hecho él quería simplificar sus partes, meter menos doble bombo y cosas así. En realidad yo ya veía notando esto desde la grabación de nuestro anterior disco, ‘Invidious Dominion’ (Nuclear Blast, 2010), que me parece un buen álbum pero que podría haber salido mucho mejor si lo hubiéramos grabado con otro batería. Así que le dije que esta vez no podía pasar lo mismo, pero como no hubo un cambio de actitud por su parte al final le tuvimos que largar. La verdad es que nadie en la banda se llevaba demasiado con él de modo que no nos importó perderle de vista (risas).

 

¿Tan malas eran sus partes en la demo? Tampoco creo que en ‘Invidious Dominion’ las baterías fueran tan flojas.

Bueno, en ‘Invidious…’ las baterías dan el pego pero no son de primer nivel. Los temas son buenos pero la forma de tocar de Gus impidió que desarrollaran todo su potencial. Lo que sucedió con la demo fue que se la pusimos a algunos amigos, incluso a algunos de nuestros anteriores baterías, y todo el mundo nos dijo que las baterías eran un desastre. El caso es que Justin DiPinto (batería de la banda en los periodos 2002-2003 y 2014-presente) fue uno de los que escuchó la demo y enseguida me dijo “Phil, los temas están de puta madre pero las baterías no les hacen justicia. Dejad que yo me encargue. Quiero componer con vosotros el resto del material y grabar el disco como tiene que ser”. De manera que mandamos a paseo a Gus y empezamos a trabajar con Justin. Su reincorporación fue la patada en el culo que nos hacía falta (risas).

 

La verdad es que Justin ha hecho un gran trabajo. Siempre me gustó mucho lo que hizo en ‘The Will to Kill’ (Arctic Music, 2002). Ha sido un acierto traerle de vuelta.

Sí, es un tío muy versátil. Cuando saco riffs con la guitarra siempre pienso en partes de batería que podrían quedarles bien. Cuando aún estaba Gus yo le enseñaba los riffs y le sugería ritmos pero él siempre iba a lo más fácil. Con Justin fue muy distinto. Probamos de todo: yo le sugería cosas, él las probaba y me sugería cambios o trabajaba sobre mis ideas. Gus, en cambio, se aferraba a dos o tres beats concretos y los tocaba todo el rato. Eso no puede ser, joder. Adoro tocar rápido y por eso estoy también en Hateplow, pero en Malevolent Creation tiene que haber un poco de variedad. Las partes más potentes no son necesariamente las más rápidas. Las partes más lentas o a medio tiempo son también muy importantes para nosotros. Me gusta que las canciones sean canciones y no tres o cuatro minutos de blastbeats incesantes.




Está claro que la música ha de tener dinámicas, de lo contrario se corre el riesgo de aburrir al oyente.

Exacto. Mira, recuerdo cuando fuimos de gira con Bolt Thrower. Todos sus temas son muy potentes, y eso que no son una banda rápida, pero es que ese estilo pegadizo y a medio tiempo es lo que mejor funciona en directo. La gente se volvía loca con ellos, todo el público movía la cabeza al ritmo de su música y se lo pasaba en grande cada noche. Es algo que aprendí de ese grupo: si no tienes partes que permitan mover la cabeza al ritmo de la música, entonces estás haciendo algo mal (risas). Es muy importante encontrar un buen equilibrio entre las partes rápidas y las lentas. De hecho un blastbeat funciona mejor cuando viene precedido de una parte lenta y no de otro blastbeat. Es importante dejar un cierto espacio para que la música respire. Para el oyente también es más fácil de esta manera. Es una cuestión de contrastes, de subir y bajar la intensidad. Siempre procuro cuidar eso.

 

Con Justin de vuelta en la banda imagino que la composición del resto del disco sería más fluida, ¿no?

Desde luego. De hecho tocar con él fue una inyección de moral tan grande que compusimos el resto del álbum en una puta semana. Justin se vino desde Delaware, y él, Gio (Geraca, guitarrista de la banda desde 2009) y yo nos encerramos en el local una semana, quince horas al día, tocando y bebiendo sin parar (risas), y escribimos otros cinco temas en tiempo record. Incluso sacamos más material extra que preferimos dejar en la recámara porque no queríamos hacer un disco demasiado largo. ¿Puedes creerlo? Me llevó un año componer cinco temas y grabar la demo con Gus, y sin embargo con Justin solo necesitamos una semana (risas). Lo siguiente fue hacer una pequeña gira por Europa y de ahí fuimos directos al estudio, en Nueva York, para grabar el disco. En diciembre de 2014 empezamos a grabar las baterías y lo demás vino más o menos rodado.

 

¿Dirías que trabajáis mejor cuando estáis bajo una cierta presión, como en este caso?

¡Joder, sí! Sin duda. Por ejemplo, mucha gente piensa que ‘Retribution’  (R/C Records, 1992) es nuestro mejor disco, pero ese álbum fue compuesto en su totalidad en un mes. Un puto mes, tío. Y lo grabamos y mezclamos en apenas cuatro días. Creo que fue la grabación más rápida que Scott Burns jamás haya hecho, el tío no se lo podía creer (risas). Con este álbum ha pasado algo similar. Las circunstancias no eran las mejores, pero cuando Justin volvió a la banda todo empezó a cobrar forma. Definitivamente, un poco de presión nos viene genial para ponernos las pilas.

 

De hecho, ‘Dead Man’s Path’ os ha quedado más redondo que ‘Invidious Dominion’ y ‘Doomsday X’ (Nuclear Blast, 2007), que a pesar de ser dos buenos trabajos, tampoco destacan especialmente dentro de vuestra dilatada discografía.

Sí, estoy totalmente de acuerdo. ‘Dead Man’s Path’ no deja de ser puro Malevolent Creation, no estamos inventando nada nuevo ni apartándonos ni un ápice de nuestro estilo de siempre, pero en conjunto es un trabajo más inspirado que los dos anteriores. Es quizás más variado y dinámico, y alguna gente incluso me ha dicho que le ve un espíritu similar al de nuestro material antiguo, lo cual es un gran halago porque para nosotros es muy importante no perder las raíces de nuestra música. Creo que podemos presumir de haber sido siempre fieles al death metal, cosa que tiene mérito teniendo en cuenta todos los años que llevamos en activo y todo el material que hemos editado. Y, por supuesto, tener a un batería de verdad también ha contribuido a que el disco sea mejor (risas).



Otro dato a destacar sobre el nuevo álbum es el excelente trabajo que Dan Swäno ha hecho con la mezcla.

Sí, ha quedado de primera. Quizás alguna gente piense que no es buena idea que un sueco mezcle a una banda americana de death. A priori puede parecer una combinación extraña, pero a esa gente le digo que sencillamente se escuche el disco y que juzguen por sí mismos. Reconozco que incluso nosotros tuvimos un momento de ligeras dudas al principio, pero Dan nos dijo “estad tranquilos, soy seguidor vuestro desde siempre, sé cómo queréis sonar. Confiad en mi”. De modo que le mandamos el disco y tres o cuatro semanas más tarde nos envió el master y nos dejó de piedra. Sonaba de muerte.


Aunque el resultado es excelente, sí que es verdad que Dan Swäno y Malevolent Creation de entrada parecen dos nombres difíciles de casar. ¿Qué os llevó a escogerle?

Fue casi de casualidad. Como te dije, el álbum lo grabamos en Nueva York, y originalmente lo mezclamos en el estudio de Jim Nickles, que de hecho fue miembro original de la banda y grabó las guitarras en nuestra primera demo de 1987. Pues bien, nosotros estábamos presentes mientras Jim mezclaba y enseguida tuvimos claro que no había sido buena idea recurrir a él. Jim empezó a cambiar todo, desde el sonido de las guitarras al sonido de las baterías. Cambió absolutamente todo. Aplicó filtros a las voces, sustituyó el sonido real de la batería por samples de otros kits… Consiguió que la grabación sonara totalmente artificial, parecía un disco de Exodus. La diferencia es que ese sonido para ellos es ideal pero para nosotros no funciona. Nuestra música es más rápida y brutal y necesitamos otra clase de sonido. Cuando escuchamos la versión final de su mezcla todos pensamos “no, ni de puta coña” (risas). La gente de Century Media dijo lo mismo. Era un sonido totalmente artificial, y no somos una banda de jodido metalcore (risas). Por suerte desde Century Media alguien sugirió que le diéramos las pistas a Dan Swäno para que él hiciera una nueva mezcla. Así que contactamos con él. Tuvo que hacer algún cambio en su agenda pero nos dijo que estaba al 100% con nosotros y que no nos preocupáramos porque el disco iba a sonar genial. Y así fue. Al final no todo es cuestión de la tecnología del estudio, el factor humano es muy importante.

 

Por cierto, entre vuestro reciente fichaje por Century Media tras varios años con Nuclear Blast, y el tiempo que ha transcurrido desde vuestro anterior disco, ¿estarías de acuerdo conmigo si digo que ‘Dead Man’s Path’ podría ser visto como un nuevo comienzo para Malevolent Creation?

Estoy de acuerdo al 100%, tío. Cuando firmamos con Nuclear Blast, allá por 2002, nos prometieron un montón de cosas y mentiría si dijera que no cumplieron con algunas de ellas cuando editamos ‘Warkult’ (2004), pero básicamente eso fue todo lo que hicieron por la banda. De hecho, no hice ni una sola entrevista para nuestro anterior disco. Ni una sola. No hicieron nada por nosotros. Mira, nada más salir ‘Invidious Dominion’ nos fuimos seis semanas de gira con Exodus. Nuclear Blast nos dieron 200 míseras copias del álbum para vender en la gira y las agotamos ya en la primera semana, así que tuvimos que estar otras cinco semanas en la carretera promocionando un disco que acababa de salir y que nadie podía comprar. Tuvimos que esperar un mes para que fabricaran más copias. Esta clase de cosas son vergonzosas. Llevo tocando 30 putos años y estas cosas le desmotivan a uno totalmente. Century Media están al tanto de lo que nos pasó con Nuclear Blast y parece que quieren hacer bien su trabajo. En Nuclear Blast tratamos con gente maja, pero por el motivo que sea el sello perdió rápidamente el interés en nosotros. Nuclear Blast nunca nos organizó una gira ni nada parecido. No vimos un miserable dólar por su parte en todos esos años. Realmente, todo lo que hicimos durante todo ese tiempo lo hicimos nosotros mismos. Century Media nos está dando la oportunidad de empezar de nuevo, parecen gente realmente honesta y de momento están cumpliendo. Pregúntame por ellos dentro de un año y veremos si sigo igual de contento (risas).



Si te digo la verdad, vuestro fichaje por Nuclear Blast ya en su día no me dio buena espina. No sois la clase de banda que pega en ese sello.

Tienes razón, pero Nuclear Blast se me acercaron por vez primera en el año 2001, mientras estábamos de gira promocionando ‘Envenomed’ (Arctic Music, 2000), que fue editado por mi propio sello, y me dijeron que nos merecíamos estar en un sello de verdad y todo eso. Me hablaron de distribución mundial, de giras, merchandising… Básicamente me dijeron todo lo que quería oír, pero al final no hicieron nada. Por ponerte un ejemplo: no hicimos un videoclip hasta 2010, y no fue cosa del sello sino de un fan. Era una pequeña productora de Los Ángeles, y el tipo que la lleva resultó ser seguidor nuestro y nos lo propuso, así que ni en eso tuvieron nada que ver.

 

Según tengo entendido, habéis regrabado dos temas de vuestro polémico ‘Stillborn’ (Roadrunner, 1993) a modo de bonus tracks para la edición digipack del nuevo disco, ¿no?

Sí, y han quedado de lujo. De hecho me habría encantado regrabar el disco entero, pero al menos hemos grabado dos canciones y hemos conseguido que quedaran como tenían que haber quedado en 1993, cuando originalmente grabamos ese álbum. La producción es genial esta vez, la ejecución es mucho mejor por nuestra parte y las voces han quedado redondas. ¿Los has podido escuchar?


No, por desgracia mi copia promocional no los incluye…

Oh, tío, cuando los escuches vas a alucinar. Simplemente trata de imaginar cómo sonaría ‘Stillborn’ con la producción del nuevo disco, es bestial. De hecho, quien no conozca ese álbum pensará que se trata de canciones nuevas porque con la producción que tienen ahora suenan totalmente frescas.


Pero a lo que iba: ¿qué pasó con la grabación de ‘Stillborn’ para que el álbum saliera así? Los temas son buenos pero la producción es nefasta.

Lo que pasó es que no pudimos grabar con Scott Burns, tal y como nos hubiese gustado hacer. Él nunca habría dejado que un disco saliera tan mal como salió ese (risas). Es un productor fantástico, pero Roadrunner no nos dejó trabajar con él porque decían que demasiados grupos estaban grabando en los Morrisound y que todos esos discos sonaban iguales, por lo que querían que nosotros fuéramos a un estudio diferente. No nos dieron opción. Y haciendo eso lo único que consiguieron fue joderlo todo, porque el disco no funcionó, no vendió bien, y eso propició nuestra salida del sello. Pero es que, ¿a quién se le ocurre poner a Malevolent Creation en manos del productor de Frank Zappa? (carcajadas). El tío del estudio era una persona agradable, pero no sabía qué hacer con nosotros. No sabía nada de heavy metal, así que imagínate la idea que tenía sobre death metal. Fue un completo desastre.




Además de eso creo que en esa época las cosas tampoco iban demasiado bien en el seno del grupo, ¿me equivoco?

No, la banda estaba atravesando un momento horrible. Jason (Blachowicz, bajista de la banda en los años 1987, 1991-1997,2005-2007 y 2010-presente), por ejemplo, tenía una novia que estaba loca y que le estaba haciendo la vida imposible, por lo que él ni siquiera aparecía por los ensayos. Por su parte, Brett (Hoffmann, cantante de la banda en los años 1987-1993, 1998-2001 y 2006-presente) estaba teniendo serios problemas con las drogas y no sé ni cómo nos las apañamos para que consiguiera grabar sus voces. Además de eso, en las pistas de batería había errores pero Larry (Hawke, batería original de ‘Stillborn’, fallecido en 1997) estaba en la cárcel por conducir borracho y sin carnet, de manera que no podía regrabarlas, y date cuenta de que esto fue en 1993, y de aquella no había Protools para hacer milagros en el estudio. Tuvimos que volver a llamar a Alex Márquez (batería de la banda entre 1992 y 1994) para que se aprendiera los temas a toda prisa y los grabara él, pero la jugada no salió bien y las baterías acabaron quedando muy lentas. Fue terrible, uno de los peores meses de mi vida. Lo bueno de la etapa de ‘Stillborn’ es que toda la frustración que se derivó de ahí nos valió para hacer un álbum como ‘Eternal’ (Pavement Music, 1995) que en general salió mucho mejor. Nos hicimos con Dave Culross (miembro de la banda en los años 1995, 1998-2001, 2003-2004 y 2007), que es un batería alucinante, y las cosas empezaron a ir mejor. Obviamente el cambio de Roadrunner a Pavement se notó:  Pavement era un sello muy pequeño, una mierda. Pero los temas quedaron brutales, con unas baterías alucinantes. Volvimos a levantar cabeza con ese disco. Nos hacía falta porque ‘Stillborn’ fue desastroso.


Pues quizás sería buena idea darle una segunda oportunidad al resto de material de ese disco y regrabarlo en su totalidad, ¿no? Suffocation están haciendo algo parecido al incluir en cada nuevo disco un tema regrabado de su ‘Breeding the Spawn’.

Sí, es que de hecho nuestra idea también es regrabar el disco entero. Pero a diferencia de Suffocation nosotros seguramente iremos al estudio cuando tengamos algo de tiempo libre y regrabaremos todos los demás temas del disco juntos. Imagino que los colgaremos en la red para que la gente se los descargue gratis, porque realmente no es material nuevo y no sería muy justo ponerlo a la venta, a fin de cuentas lo único que queremos es que la gente pueda apreciar ese material con la producción que siempre quisimos que tuviera.

 

Alguna vez he pensado que si ‘Stillborn’ hubiera repetido el éxito de vuestros dos primeros trabajos ahora mismo seríais mucho más grandes, ¿tú qué opinas?

Nunca se sabe, quizás afirmar eso sería decir mucho, pero sin duda nos habría ido mejor. El tercer disco siempre es muy importante para una banda, y en nuestro caso ‘Stillborn’ vino precedido de dos álbumes que funcionaron muy bien. Si lo hubiéramos grabado con Scott Burns, al igual que los dos primeros, y Roadrunner lo hubiera promocionado de otra manera, seguro que las cosas habrían sido muy diferentes para nosotros. Es una pregunta muy difícil, pero está claro que las canciones de ese disco tienen calidad y potencial. De hecho vamos  a incluir más temas de ‘Stillborn’ en nuestros próximos setlists porque con la nueva formación ese material suena fantástico. Pero volviendo a tu pregunta, diría que sí, que quizás ahora seríamos más grandes. Por desgracia en lugar de eso Roadrunner nos acabó echando, y es que poco a poco se fueron deshaciendo de todas las bandas de death metal que tenían para empezar a apostar por grupos más modernos. Muchas de las bandas que hicieron de Roadrunner un sello grande se fueron a la calle y el sello se volcó con historias del tipo Fear Factory o Machine Head. Roadrunner pasaron de hacer grandes cosas por la escena thrash y death a ignorarla por completo. Triste, pero así funciona esta industria.


Vamos a acabar la entrevista cambiando totalmente de tema, Phil. Sé que eres un gran fan de Iron Maiden, ¿qué opinas de su nuevo ‘The Book of Souls’?

Me encanta. Siempre he sido un gran fan de Maiden, Judas Priest,  Saxon, etc. Me encanta el metal británico clásico y podría pasarme horas hablando de ello. Iron Maiden es un grupo que adoro y del que siempre compro sus discos independientemente de lo que digan las reseñas o de quien este tocando en la banda. Son muy importantes para mí porque cuando a los 12 años empecé a tocar, ellos fueron de las primeras bandas que me inspiraron. Antes de que Brett y yo formáramos Malevolent Creation tocábamos en una banda que hacia versiones de Maiden y Judas. Sencillamente los adoro. Y creo que el nuevo es un gran disco, quizás algunos temas sean un poco largos, pero en conjunto suena genial. Bruce está a un gran nivel y la producción me gusta mucho. Date cuenta de que llevan una eternidad en activo y aun así siguen dando la talla. Alguna gente a lo mejor no tiene la paciencia necesaria para escuchar entero un disco doble, pero yo sí, y creo que es fantástico.