10 dic 2022

Behemoth - Nergal (diciembre 2013)


(Entrevista originalmente publicada en el nº 5 de la revista This Is Metal)




Hoy por hoy, Behemoth son sin duda una de las formaciones más grandes y respetadas de la escena extrema. Sus excelentes álbumes y su incesante actividad en directo han situado a los polacos en la división de honor del death black metal. Sin embargo, para Nergal, líder de la banda, las cosas no han sido precisamente fáciles. Un sorpresivo diagnóstico de leucemia y la persecución de la que ha sido objeto por parte del sector más conservador de su país han sido su cruz en los últimos años. Afortunadamente, el carismático frontman ha conseguido renacer de sus cenizas, logrando sobreponerse a toda cuanta adversidad ha aparecido en su camino, y regresa ahora con un nuevo disco que refleja el infierno que ha vivido. 'The Satanist' es el nombre de este trabajo y es el propio Nergal quien, de forma muy entusiasta, le desvela sus entresijos a nuestro colaborador Iago Fuentes.





Si no me equivoco, el de ayer (la entrevista se hizo el pasado 2 de diciembre -ndr) fue vuestro último show de la gira, ¿cierto?

Sí, tocamos en Breslavia y fue uno de los mejores conciertos de este último tour. De hecho, probablemente haya sido nuestro mejor concierto de estos últimos meses. Creo que estuvimos genial, te lo digo con toda la humildad, pero es que nos encontramos muy cómodos y el público también estuvo muy entregado. Disfrutamos mucho. No puedo pensar en un mejor final de gira que ese.

 

Y ahora estáis de nuevo de vuelta en casa, en Gdánsk.

Eso es, pero no es que estemos descansando precisamente. Tenemos mucho trabajo por delante: aún tenemos que firmar unas 500 copias del Ep ‘Blow Your Trumpets Gabriel’, que sale pasado mañana, y ya estamos empezando a dar entrevistas para promocionar el lanzamiento de ‘The Satanist’, por lo que nos esperan unas semanas movidas. Sea como sea, yo estoy muy feliz con esta situación porque me ilusiona mucho el nuevo disco y tengo muchas ganas de hablar de él.

 

No lo dudo. Ya han pasado más de cuatro años desde que se publicó ‘Evangelion’ (Nuclear Blast, 2009).

Sí, es bastante tiempo, de hecho me da la sensación de que ya hace una eternidad de eso. El caso es que es fantástico tener listo el nuevo álbum, especialmente porque estos últimos años han sido muy difíciles para mí y esta edición supone una especie de victoria personal. Estoy seguro de que alguna gente pensó que nunca íbamos a editar material nuevo, que la banda estaba acabada o que yo mismo estaba acabado (risas), pero ya ves que no es así. ‘The Satanist’ es ya una realidad y estoy muy contento y orgulloso por ello. Saber que ya está listo es una sensación excitante y también un alivio.

 

‘Evangelion’ fue un auténtico éxito. ¿Temes que ‘The Satanist’ no consiga obtener el mismo resultado?

No, no, para nada. No establezco esa comparación con ‘Evangelion’ ni con ningún otro de nuestros discos. ‘The Satanist’ es una cosa aparte. Es una especie de renacimiento para nosotros, es como empezar de cero, si entiendes lo que quiero decir. Es cierto que ‘Evangelion’ funcionó muy bien, y que mucha gente lo considera nuestro mejor álbum, pero ‘The Satanist’ no puede compararse con nada de lo que hayamos hecho antes, porque hemos pasado por muchas cosas desde que se publicó el anterior disco, especialmente yo. Ahora somos personas diferentes y en consecuencia el disco también lo es. Lo único que estaba claro cuando empezamos a componer el nuevo álbum es que tenía que ser algo fresco y que supusiera una especie de desafío para nosotros.



¿Desafío? Explícame eso.

Sí, quiero decir, por eso escogí ser artista, porque quiero explorar lo desconocido y experimentar con mi arte. ‘The Satanist’ representa el resultado de esa búsqueda, de esa voluntad por expandir nuestros horizontes con nuestra música. Es un trabajo que está fuera de nuestra zona de confort. Lo cómodo para nosotros sería haber grabado un ‘Evangelion Parte 2’, ¿sabes? Repetir la misma fórmula, contentar a todo el mundo, conseguir el mismo éxito, y listo. Pero no, que le jodan a eso, que le jodan a ir sobre seguro. Ahora mismo lo que quiero es estar en una posición en la que no me sienta tan cómodo ni tan seguro, porque como artista es lo que necesito. Se trata de explorar nuevos senderos con nuestro arte, senderos que no hemos recorrido aún, y me da igual si la gente o los fans van a seguirnos o no, porque es algo que yo personalmente necesito hacer. Y no me entiendas mal, por supuesto que es fantástico contar con el apoyo de la gente, y es algo que realmente aprecio mucho, pero principalmente hago esto por mí.

 

Tengo que decir que ‘The Satanist’ me ha sorprendido mucho. Suena oscuro, con un enfoque más próximo al black metal. Definitivamente es distinto de lo anterior.

Sí que lo es. Pero es algo normal, porque estos últimos años han sido muy oscuros para mí, y mi música es un reflejo de mi ser, es algo que sale de mi corazón. Por ello ‘The Satanist’ es, en cierto modo, un disco peligroso e impredecible. También es muy radical en varios aspectos. Quizás no lo sea tanto a nivel musical, ya que no es un álbum tan rápido o brutal como los anteriores. Tú lo has escuchado y sabes que sólo hay tres canciones realmente rápidas. Cuando digo que el disco es peligroso y radical me refiero a la pasión que hemos puesto en cada tema. Es un trabajo lleno de fuertes emociones, y creo que eso se puede apreciar fácilmente con su escucha. Me interesaba especialmente que los temas tuvieran sentimiento, ya que es un material muy especial para mí y que me toca muy de cerca. En ese sentido creo que hemos hecho un buen trabajo. El disco ha salido muy oscuro y es algo distinto de lo que veníamos haciendo,  pero es como tenía que ser.

 

¿Dirías que, pese a todo, el álbum sigue sonando a Behemoth?

Por supuesto. Siempre tuvimos eso en mente. Se trataba de darle una vuelta de tuerca a nuestro sonido, pero procurando mantener nuestros elementos más característicos. Te pondré un ejemplo: Slayer. Ellos tuvieron esa época en la que tontearon con el nu metal e intentaron modernizarse un poco, pero no por ello dejaban de ser Slayer. Adoptaron otro enfoque y jugaron con otras ideas, claro, pero eran Slayer a fin de cuentas. Se trata de un grupo que tiene su propia marca registrada y da igual lo que compongan, que siempre serán ellos. Pues bien, con nosotros creo que pasa un poco lo mismo. ¿Qué el álbum es diferente? Claro que lo es. Pero creo que se nota que es Behemoth desde la primera nota.

 

Entiendo lo que quieres decir, pero ¿acaso no fue ‘Diabolus in Musica’ lo más flojo que han grabado nunca Kerry King y compañía?

Sí, bien, ese disco es flojo en conjunto, pero hay buenos temas y buenas ideas por ahí metidas. El riesgo de experimentar es ese, que puede no funcionar, pero no se sabe hasta que se intenta. En cualquier caso, solo con escuchar la voz de Tom Araya o los solos de King y Hanneman uno ya podía decir que se trataba de ellos. Y yo valoro esa voluntad por probar cosas nuevas.



Volviendo a ‘The Satanist’… El álbum también es realmente diverso. Los temas son muy diferentes entre sí.

Es muy diverso. Y también muy dinámico. Tienes temas como “Furor Divinus” o “Amen”, que son muy rápidos, pero también hay temas más experimentales como el propio “The Satanist”, y un montón de cosas más. Cada tema habla por sí solo.

En relación a esto te diré que alguna gente que ha escuchado el disco me pregunta por qué hemos escogido la canción “Blow your trumpets, Gabriel” como single cuando no es especialmente representativa del contenido del álbum, pero lo cierto es que ninguna canción por sí sola lo es, ya que todas son diferentes. Cualquiera podría haber sido el single, de cualquiera podríamos haber rodado un vídeo, así que escogí ese tema simplemente porque es la primera canción del álbum. Y ya está. Lo habitual suele ser escoger el tercer o cuarto tema como single, pero a la mierda con eso. Primera canción, primer single, así de fácil.

 

Por cierto, el riff principal de “O Father O Satan O Sun” me recuerda un poco al “Kashmir” de Led Zeppelin.

(Risas) Has dado en el clavo. Sí, es similar, de hecho mientras trabajábamos en ese tema su título provisional era precisamente “Kashmir”. Un día me salió ese riff y empezamos a construir un tema en torno a él de forma muy natural y espontánea. La conexión con Led Zeppelin en este caso es bastante obvia, pero en el tema hay también influencias de Killing Joke, a quienes he estado escuchado mucho en los últimos años y que probablemente también hayan estado influenciados por Led Zeppelin.

Pero sí, tienes razón, esa influencia está ahí: hay algo de hammond y algo de rock clásico en el disco aunque, obviamente, pasado a través de nuestro filtro. Por cosas como esta digo que ‘The Satanist’ es un álbum arriesgado y desafiante. No queremos ser la típica banda de death o black. De hecho creo que nunca lo hemos sido, pero definitivamente no queremos escribir material rápido o extremo simplemente porque sí. Creo que en este caso era mejor hacer las cosas de esta manera, darles este enfoque arriesgado y sorpresivo, y personalmente creo que ‘O Father O Satan O Sun’ resulta muy pegadizo.

 

En este sentido creo que el título del álbum es bastante significativo. Satán simboliza, entre otras cosas, la libertad y la rebelión, dos palabras que resumen muy bien la naturaleza del disco.

Así es. Eso es justo lo que quería representar con el título. Este trabajo es un manifiesto de libertad. Adoro la libertad y como sabrás en estos últimos años he luchado mucho por ella. He sido perseguido por el tribunal supremo de Polonia, acusado de blasfemia, pero como artista tengo derecho a expresarme como quiera. Soy un buen ciudadano y no se me ocurriría nunca hacer daño a nadie. De hecho, lucho a otro nivel: mi batalla es contra ciertas ideas y valores que nos pretenden imponer y contra las que tengo todo mi derecho a no estar de acuerdo. Y mi arma es Behemoth. Resulta fácil de entender, ¿no? Pues he tenido un montón de problemas por esto. Me intentaron tachar de criminal, buscaban alguien a quien atacar y me escogieron a mí. Se atentó claramente contra mi libertad de expresión como artista, pero por suerte la Comisión Europea se puso de mi lado, lo cual fue estupendo.

Para mí es importante poder expresar mi música como quiera y por ello nunca aceptaré ningún tipo de censura, sea religiosa o política. ‘The Satanist’ es un gran “que os jodan” dedicado a toda esa gente que ha tratado de atentar contra mi libertad.

 

Las primeras palabras del tema “Messe Noire” son “I believe in Satan” (“creo en Satán” –ndr). Es toda una declaración de principios.

Sí. Satanás siempre ha sido un personaje un tanto incomprendido. Fue demonizado por la iglesia cristiana porque necesitaban un cabeza de turco, pero para mí Satán representa algo bello, simboliza la apertura de mente, la rebelión y la libertad, tal y como tú señalabas antes. No hay nada negativo en ello. El satanista es fuerte y piensa por sí mismo en lugar de limitarse a seguir al rebaño. La independencia, la ambición, la inteligencia… todo eso son cualidades que aprecio, y todas ellas están representadas en la figura de Satán. Obviamente, Satán no es el único personaje que reúne esos valores, pero como ícono y como símbolo no podría ser mejor.

Frases como esa que mencionas están abiertas a múltiples interpretaciones. Hay un montón de simbolismo en las letras del disco, y está expresado a través de muchas metáforas. Si la gente busca respuestas, nosotros no se las vamos a dar. Cada uno deberá sacar sus propias conclusiones.

 


En 1999 editasteis ‘Satanica’ (Avantgarde Music). La similitud de ese título con el del nuevo álbum es evidente. ¿Hay alguna conexión entre ambos discos?

Bueno, a decir verdad, cuando se me ocurrió el título del nuevo álbum ni siquiera pensé en ‘Satanica’. Date cuenta, han pasado casi 15 años, ese álbum fue concebido en otras circunstancias. Teníamos otra formación, teníamos diferentes motivaciones y también era un momento distinto… Son dos capítulos diferentes de nuestra historia. Con total sinceridad, no lo había pensado hasta que alguna gente, como tú ahora, me ha preguntado por ello.

 

En mi opinión, ‘Satanica’ fue un importante punto de inflexión para vosotros y creo que ‘The Satanist’ supone otro punto de inflexión. Veo un vínculo entre ambos discos en ese sentido, y el parecido de los títulos lo hace aún más claro.

Tienes razón cuando dices que ‘Satanica’ fue un punto de inflexión muy importante.

En términos musicales, ‘Pandemonic Incantations’ (Solistitium Records, 1998) fue el disco con el que pasamos del black puro a un estilo más black death, además de ser el primer álbum que grabamos con Inferno (Zbigniew Robert Prominski, batería), de modo que podría considerarse que el punto de inflexión fue ese. Pero en términos de importancia para la banda, está claro que ‘Satanica’  fue el trabajo con el que nuestro nombre empezó a sonar con más fuerza. La evolución de nuestro estilo se hizo también más evidente con ese álbum y en líneas generales puede decirse que con ‘Satanica’ sentamos las bases del sonido por el que somos conocidos, así que en ese sentido estoy de acuerdo contigo cuando afirmas que el punto de inflexión fue ese disco.

Con todo, respecto a la conexión con ‘The Satanist’, ya te digo que no fue algo en lo que pensáramos de manera consciente.

 


Antes mencionabas que tus problemas con la justicia han inspirado este disco. ¿Dirías que el hecho de haber padecido leucemia también ha tenido algún tipo de influencia?

Sin duda, tío. No en el sentido de que haya algún tema que hable de ello, porque no es así, pero a nivel general sí que ha tenido repercusión en el álbum. Me diagnosticaron leucemia en verano de 2010 y desde entonces hasta primavera de 2011, que es cuando salí del hospital después del trasplante de médula, fueron meses muy duros. Y como telón de fondo estaba todo el follón con la iglesia y las acusaciones de blasfemia. Parece lógico que algo tan importante como eso se haya visto plasmado en el álbum, especialmente si mi música es, como te dije antes, un reflejo de mi ser.

 

¿Crees que ‘The Satanist’ habría sido un disco distinto de no haber ocurrido nada de eso?

Por supuesto. Probablemente ni siquiera habría existido como tal. Habríamos grabado un disco totalmente diferente. De hecho me atrevería a decir que este álbum, en cierto modo, se ha escrito sólo. Fue la propia vida quien lo escribió. Mi propia vida y experiencias.

 

Por cierto, ¿qué tal te encuentras ahora? ¿Estás ya al 100%?

Perfectamente, gracias. Estoy totalmente recuperado. Es más, creo que nunca me había encontrado tan bien física y mentalmente como ahora. Dicen que lo que no te mata te hace más fuerte. Es una frase un poco cliché (risas), pero creo que en mi caso resulta muy apropiada.

 

Volviendo al álbum… Creo que tuvisteis ciertas diferencias creativas con Colin Richardson (famoso productor inglés conocido por sus trabajos con Machine Head, Fear Factory o Carcass, entre otros -ndr) durante las mezclas. ¿Qué ocurrió?

Bien, básicamente tardamos una eternidad en ponernos de acuerdo sobre cómo debía ser la mezcla, y cuando empezamos con ello no nos gustó la dirección que estaba tomando el sonido. No queríamos que este trabajo sonara como todos esos álbumes de metal que inundan el mercado hoy en día, porque la inmensa mayoría de los discos de metal extremo publicados en los últimos años suenan igual. Por supuesto que hay excepciones, pero ya me entiendes: los álbumes de ahora suenan increíbles desde un punto de vista técnico, pero es un sonido ultra procesado, mucho Pro Tools, demasiada edición. Es solo mi opinión, pero realmente pienso que esos discos no tienen vida.

Queríamos que ‘The Satanist’ sonara orgánico y volver a un tipo de mezcla más convencional. No me apetecía tener un muro de sonido súper procesado y comprimido, que evidentemente puede ser muy brutal y potente pero que no transmite nada. Buscábamos un sonido vivo, aunque eso supusiera alguna que otra imperfección. Una vez más, mi arte es una extensión de mi persona, y si yo no soy perfecto no veo porque mi música ha de parecerlo.

Colin es un tío genial, y un gran productor, pero nos dimos cuenta de que no valía para lo que buscábamos. Está bien poder poner un gran nombre como el suyo en los créditos, pero no vamos a comprometer nuestra música con decisiones comerciales de ese tipo. En ‘Evangelion’ fue un acierto trabajar con él, pero en este disco no funcionó.






 

Y entonces apareció Matt Hyde (conocido productor estadounidense, responsable de la producción y mezcla de discos de Slayer, Machine Head, Children of Bodom, etc. -ndr)

Correcto. Colin se fue y trajimos a Matt. Y reconozco que su primera mezcla no fue precisamente espectacular, de hecho incluso diría que nos pareció floja, pero algo me decía que él era la persona adecuada, así que empezamos a hablar por teléfono y yo le fui explicando poco a poco lo que buscaba hasta que, finalmente, dio con una mezcla que nos encantó a todos.

Fue un lío, porque entre una cosa y otra lo de la mezcla llevó muchísimo tiempo. Nos salimos de la fecha prevista inicialmente, al sello no le hizo ninguna gracia, nuestro manager estaba estresado… (risas). Todo el mundo estaba preguntándonos por el disco y no lo teníamos listo aún. Pero teníamos que hacerlo así. No podía ser de otra manera.

 

Es muy curioso lo que me comentas sobre lo ocurrido con Colin. Hace unos meses, Carcass me dijeron que tuvieron exactamente el mismo problema con él.

Sí, lo sé. Estas cosas pasan. El caso es que al final el disco de Carcass suena de muerte. Andy Sneap acabó haciendo un trabajo sensacional con ese álbum. En cuanto a nosotros, Matt Hyde nos consiguió un sonido espectacular, épico y monumental y eso es lo que importa a fin de cuentas. Al final estamos todos contentos y de eso es de lo que se trata. Se nos fue un poco del presupuesto, pero aprendimos de lo ocurrido y ahora tenemos este fabuloso disco entre manos.

 

No es ningún secreto que cuando se trata de componer o grabar eres un maniaco del control. ¿Cómo se gestiona eso cuando estás en una banda con otras personas?

Antes de nada debo decirte que ya no soy tan estricto con esas cosas como antes. Lo era, especialmente en la época de ‘The Apostasy’ (Regain Records, 2007) y ‘Evangelion’, ahora ya no lo soy tanto. He tratado de mejorar un poco en ese aspecto para no ser tan duro conmigo mismo ni con los demás.

Lo creas o no, el proceso de composición y grabación de ‘The Satanist’ ha sido algo completamente democrático. Todo el mundo tuvo libertad para aportar ideas y tomar decisiones. Estoy orgulloso de haber sabido cambiar en este sentido. No es que antes fuera un dictador ni nada de eso, pero sí que es cierto que siempre estaba controlándolo todo, especialmente durante las grabaciones. Era un poco estresante para todos, supongo.

 

A todo esto, me ha llamado mucho la atención la presencia que tiene el bajo en el disco. No es lo habitual.

Sí. Mira, en el 98% de los álbumes de metal extremo el bajo simplemente está ahí, en el fondo, perdido en la mezcla, sin aportar nada, y no entiendo el motivo. No sé si se trata de bajistas malos o de mezclas malas, pero es algo que ocurre mucho y que personalmente detesto.

Adoro la música, en general, no sólo el metal, y aprecio una buena instrumentación. Tengo aquí delante un disco de New Model Army y, joder, ¡eso es un bajo, tío! Consigue crear un montón de textura con solo cuatro cuerdas y eso me encanta. Orion (Tomasz Wróblewski, bajista) es uno de los músicos con más talento de la escena, así que ¿por qué no aprovecharnos de eso? No queríamos hacer un disco donde las guitarras se comieran todo lo demás. ¡De ningún modo!

Para este trabajo todos teníamos claro que queríamos un bajo con más presencia. Quiero decir, las guitarras hacen sus riffs, y el bajo hace los suyos. Y si las guitarras se oyen, con el bajo ha de suceder lo mismo. Es un instrumento al que no se le suele sacar todo el partido que ofrece. De hecho hay grupos en los que parece que el bajo directamente da igual, por ejemplo… (piensa)

 

Dark Funeral, sin ir más lejos. El bajo sólo toca las tónicas de la guitarra rítmica.

¡Exacto! A eso me refería. Y son un gran grupo, me encantan, pero ganarían unos cuantos puntos si se preocuparan un poco más de ese instrumento.

 



Hablando de la formación, ¿cuál es la situación de Seth (Patryk Dominik Sztyber, guitarrista) en Behemoth ahora mismo? ¿Es ya un miembro permanente?

En realidad no, y no creo que eso vaya a cambiar nunca. Así está bien para nosotros. Inferno, Orion y yo formamos un núcleo muy sólido y que funciona muy bien, somos como una especie de trinidad, así que… ¿por qué cambiarlo? Seth también está cómodo con su papel y quiere seguir tocando con nosotros, de modo que es perfecto para todos.

 

Lo decía porque he visto fotos promocionales vuestras en las que él también aparece.

Sí, es cierto que hace un tiempo hicimos una sesión de fotos con él, pero una vez que tuvimos claro cómo íbamos a enfocar el tema de la imagen en esta nueva etapa, decidimos seguir como siempre. Él suele grabar con nosotros, escribe sus solos, e incluso ha compuesto alguna cosa, como la parte de guitarra acústica al principio del primer tema de ‘Demigod’ (Regain Records, 2004), pero no deja de ser un miembro de sesión aunque lleve casi diez años con nosotros.

 

Y lleváis en activo más de veinte. ¿Pensaste alguna vez, allá por 1991, que ibais a llegar a donde estáis ahora?

No (risas). Desde luego que no. Formé Behemoth teniendo 14 o 15 años, y lo único que me importaba entonces era estar en una banda. Todo a lo que aspiraba era a conseguir editar un cassette profesional (risas). Ese era el sueño húmedo de todo tío que tocaba en una banda aquí. En Polonia era todo muy duro entonces. En esa época aún estábamos empezando a ser una democracia, antes de eso tuvimos un régimen autoritario que duró unos 50 años. A finales de los ’80 las cosas empezaron a cambiar pero la vida seguía siendo muy dura aquí. Encontré en la música una válvula de escape, aunque conseguir álbumes o material para tocar era realmente difícil entonces. Por lo tanto, teniendo en cuenta las circunstancias que vieron nacer a esta banda, créeme si te digo que nunca imaginé que en algún momento pudiéramos llegar al punto en el que estamos ahora.

 

De hecho, sois una de las bandas de metal extremo más grandes y exitosas. ¿Qué os falta por conseguir ahora que os habéis consagrado a este nivel?

Es cierto que hemos hecho cosas importantes: con ‘The Satanist’ ya son diez los discos que hemos editado, hemos girado varias veces alrededor del mundo y tenemos muchos seguidores, pero sigo pensando que todavía queda mucho por conseguir. ¿Por qué ponernos límites? El día que tenga la sensación de que lo hemos conseguido todo habrá llegado el momento de poner fin a esta banda, pero creo que para eso aún queda mucho.

Pienso que siempre hay que tener un poco de ambición. De hecho esa es una de las máximas por las que rijo mi vida: disfrutar y valorar  lo que ya tengo, pero no por ello dejar de ambicionar otras cosas. Esa ambición es la que tira de mí y la que me lleva a seguir subiendo escalones.

 

Vuestro sonido ha ido evolucionando con el paso de los años. ¿Qué queda en los Behemoth de hoy en día de aquella pequeña banda que empezó tocando puro black metal en 1991?

Sin duda hemos evolucionado mucho desde aquellos primeros años. Lógicamente ahora somos mucho mejores músicos y tenemos mucha más experiencia, además de que Behemoth es algo mucho más grande y enfocado de lo que era hace 20 años. Pero, en respuesta a tu pregunta, debo decir que si aún queda algo de lo que teníamos cuando éramos unos chavales de 16 años es ese amor y esa pasión por lo que estamos haciendo. La forma en la que nos expresamos puede haber cambiado, pero en nuestros corazones sigue ardiendo esa llama con la misma intensidad o más que en aquellos tiempos.

 

Todo el mundo te conoce como el líder de Behemoth, pero en Polonia eres una persona bastante popular a nivel mainstream. ¿Dónde termina Adam Darski y empieza Nergal? O viceversa.

(Risas) Bien, te lo diré de esta forma: en mi pasaporte pone Nergal.



¿En serio?

Sí. Pone “Adam Nergal Darski”. Creo que es bastante significativo. Es como la mezcla de esas dos facetas de mi personalidad, lo cual es genial porque ambas son reales y sinceras. Por un lado hay una parte de mí que es la que la gente puede ver en los conciertos, donde desato toda mi furia. Es como liberar a la bestia que hay en mi interior. Y lo adoro. Es fantástico estar sobre un escenario y liberar toda esa energía, canalizando mi ira a través de la música.

Y por otro lado está esa otra faceta más relajada, que es la que aflora en momentos como ahora, que estoy en casa, cómodamente sentado, tomando café mientras hablo contigo. Nergal y Adam Darski son, en esencia, la misma persona. Algo así como las dos caras de una misma moneda

 

Aprovechando que acabas de mencionar los conciertos, ¿cómo es que vuestra próxima gira no pasa por España?

Cosas de promotores. Es una pena que la gira con Cradle of Filth no pase por ahí porque hace mucho que no vamos por tu país. Creo que nuestra última visita fue en 2008, cuando fuimos con Suicide Silence y Devilish Impressions, presentando ‘The Apostasy’. O quizás en 2010, como parte de la gira de ‘Evangelion’. Sea como sea, el verano que viene tocaremos en un festival ahí, el Leyendas del Rock, pero estoy seguro de que en la segunda parte del tour europeo nos dejaremos caer por España, aunque ya te hablo de otoño de 2014.

 

Recuerdo cuando vinisteis por aquí en la gira de ‘Thelema.6’ (Avantgarde Music, 2000), en 2001. Habéis crecido mucho desde entonces.

Me acuerdo bien de esos conciertos. Fue una época muy buena. La verdad es que no nos ha ido nada mal. ¡Y espero que lo que venga de ahora en adelante sea mejor todavía!