2 ene 2023

El Big Four del black metal circense (enero 2021)




(Artículo originalmente publicado en el nº 6 de Hellfire Zine)



La verdad es que aunque pocas cosas en este mundo me apasionan más que el black metal, se trata de la escena en la que veo el mayor porcentaje de cantamañanas e impresentables de todo el ámbito al que se circunscribe, ya no el metal extremo, sino el heavy metal en su conjunto. No sé, tal vez sea porque le presupongo unos valores al estilo que quizás no le exijo a otros, lo cual me vuelve irremediablemente crítico ante ciertos comportamientos de determinadas bandas, y es que sencillamente creo que hay actitudes y maneras de proceder que son incompatibles con la esencia y el espíritu original de las artes negras. Sea como sea, lo que está claro es que tan pronto como el dinero, el éxito y la fama entran en la ecuación, no son pocas las formaciones que se olvidan rápidamente de los principios y de la autenticidad que supuestamente tanto defendían en sus inicios y se terminan echando a perder.

No lo digo necesariamente desde un punto de vista musical. Hay que entender que los grupos están formados por personas y que las personas evolucionan. Por ello, considero perfectamente normal y entendible que X banda decida expandir su sonido aunque eso conlleve salirse de los confines del black metal más genuino. Como es lógico, hay desarrollos musicales que me gustan más y otros que me satisfacen menos, pero no es ahí a donde quiero llegar. Cuando hablo de echarse a perder más bien lo enfoco desde el prisma de la integridad y de la credibilidad artística, independientemente de que tal o cual grupo mantenga a lo largo de su trayectoria un sonido característico e identificable o cambie hasta el punto de resultar irreconocible.

Por este motivo, alguien como por ejemplo Ihsahn, cuya obra actual no me interesa absolutamente nada y cuya imagen ha cambiado drásticamente, me parece un tío respetable, pues aunque lleva veinte años (desde el “Prometheus”) sacando un material que me la sopla, siempre le he visto coherente en sus declaraciones y en sus actos. A fin de cuentas estamos hablando de una persona que, incluso a sabiendas de la pasta que se levantaría sacando un nuevo opus de Emperor, se niega a grabarlo porque piensa que se trataría de algo artificial, de un álbum simplemente editado para sacar tajada a costa de sus antiguos fans, admitiendo que sus gustos hace tiempo que van en otra onda y explicando, además, que si lo hiciera y lo compusiera de forma honesta, el disco resultante sería básicamente como su trabajo en solitario pero con otro logo en la portada. Esto es integridad.

En contrapartida, existen otros artistas cuyo envoltorio musical actual puede atraerme más y cuya apariencia escénica puede haber mutado menos, pero que se han convertido en unos auténticos sinvergüenzas que no hacen más que escupir sobre el estilo que les vio nacer al comportarse, a diferentes niveles, como completos gilipollas. Y es en estos, precisamente, en los que quisiera profundizar ahora. Más concretamente, de entre todos los que integran este “selecto” colectivo, en esta ocasión voy a centrarme en los que podríamos llamar…


EL BIG FOUR DEL BLACK METAL CIRCENSE

 


KANWULF/ASH:

La de Kanwulf es la historia de un mindundi narcisista y acomplejado que, en su cruzada por ser el más trve de entre los trves y conseguir aceptación, tejió toda una red de mentiras que al ser destapada le dejó retratado como el patético y miserable personajillo que realmente es. Supongo que la mayoría estaréis al tanto de esto, pero por si acaso no es así, hablemos de René Wagner.

Kanwulf, una máquina de matar (sarcasmo)


No son pocos los bulos que este sujeto estuvo soltando desde finales de los 90 hasta 2006, fecha en la que cierta página web sacó a la luz todos su trapos sucios (muchos de los cuales eran ya un secreto a voces), poniendo fin a todas sus milongas. Sus múltiples patrañas iban desde la, digamos, “imprecisión histórica” en relación a su banda y sus ediciones (durante años sostuvo que creó Nargaroth en 1989 y que sus primeras demos databan, respectivamente, de 1991 y 1993, cuando en realidad el grupo nace en 1996 y sus maquetas son de 1998) hasta fantasiosos encuentros con personajes clave de la escena black metal (solía soltar en entrevistas que había mantenido contacto con Dead y con Varg Vikernes, lo que obviamente resultó ser falso), pasando por sacarse de la manga que había matado a un espectador durante uno de sus conciertos (para descojonarse) y sin olvidarnos de su uso de varias cuentas en el foro de la revista teutona Eternity, allá por 2001, para, entre otras cosas, y siempre pretendiendo hacerse pasar por otras personas, ponerse a sí mismo por las nubes y defenderse por su irrisoria participación en el talk show “Sonja” (la versión germana de “El diario de Patricia”) en 1999.

Lo que pides por internet...


Esto último, de hecho, merece un párrafo aparte. El señor Kanwulf ha removido cielo y tierra hasta conseguir eliminar de internet todo rastro de su tronchante paso por el mencionado programa de entrevistas, y a día de hoy ya no hay manera de encontrar el vídeo de su “aparición estelar” en TV (o al menos yo no he sido capaz). Por suerte, o tal vez por desgracia, muchos lo vimos en su día e incluso sin entender ni una sola palabra de alemán, creo que todos coincidiremos al afirmar que aquello fue dantesco. Ver al pardillo del Kanwulf vestido de gótico, con camiseta de rejilla, falda de cuero y sombra de ojos, riendo tímidamente como un subnormal y, en definitiva, haciendo el ridículo en prime time, fue toda una experiencia difícil de olvidar.

...lo que te llega a casa

Tal y como decía antes, la verdad sobre este individuo salió finalmente a la luz hace unos quince años. Una humillación total para el pobre Kanwulf, cuya forma de encajarlo pasó por pretender desvincularse de la escena black metal (aunque musicalmente seguía perteneciendo a ella) y cambiar su nombre artístico por el de Ash, en un vano intento por romper con su pasado y echar balones fuera.

Su álbum “Semper Fidelis”, de 2007, fue un trabajo extremadamente marcado por todos estos acontecimientos, y lo simpático es que el tío la acabó cagando aún más. Podríamos echarnos unas risas analizando sus pobres letras autorreferenciales (seguramente escritas a modo de terapia para tratar de superar el bochorno), pero lo verdaderamente gracioso se encontraba dentro de la edición especial del disco en formato caja: un DVD con el título de “Burning Leaf” que recogía una pretenciosa aunque hilarante grabación casera que no tardó en ser rippeada y divulgada por la red y que era la perfecta representación audiovisual de aquello de “es peor el remedio que la enfermedad”.

El vídeo en cuestión es una joya digna de ser comentada. Además, lo tengo fresquito porque, después de muchos años sin verlo, lo encontré recientemente en una web rusa y me lo tragué entero otra vez. En fin, primero sale Kanwulf en su casa, hablando a cámara y reconociendo a regañadientes sus trolas, pero con una actitud altiva y desafiante, como intentando dar la impresión de que está por encima de los palos que le están cayendo por todos lados. Entre estupidez y estupidez, el fulano dice que no le importa la opinión de nadie, que para él hay cosas más relevantes, y entonces se viene arriba y cuenta que Rob Darken de Graveland le hizo entrega de una cota de malla y una espada, las cuales muestra orgulloso, añadiendo que no se explica cómo se las dio si la relación entre ambos no era tan estrecha, dando a entender que el Sr. Fudali vio algo especial en él como para hacerle merecedor de tales obsequios.

En realidad esto no es más que otra fantasmada por su parte. La movida me sonaba rara y decidí indagar preguntándole por el asunto al propio Rob Darken, quien muy amablemente me confirmó que si Kanwulf tenía esas cosas era porque se las había comprado, no porque se las hubiera regalado, lo cual cambia bastante el cuento, ¿no creéis? Pero qué le vamos a hacer, este hombre es así, le encanta adornar sus batallitas para quedar de campeón, incluso después de que le hayan puesto a caer de un burro por puto mentiroso.

Sigamos. Lo siguiente que muestra el vídeo es un plano en el jardín en el que se ve cómo el Sr. Wagner hace una hoguera y quema vinilos, pósteres y camisetas en lo que imagino que trata de ser una especie de purificación de su persona a través del fuego. Como si quemar sus discos de Darkthrone, Godless North, Burzum, etc. valiera para algo más que quedar de deficiente. Es como ver al típico niño pequeño que pierde echando unas partidas a la PlayStation con sus amigos y apaga la consola diciendo aquello de “así no juego”. Pues lo mismo pero en versión black metal y protagonizado por un pavo que entonces tendría casi treinta tacos. Penoso.

Cuando aún era coleguita de Akhenaten


Sea como sea, en la era pre-internet el tipo lo tenía más fácil para conseguir que la gente se creyera sus películas y se curró su engaño de tal manera que incluso consiguió colársela a Akhenaten de Judas Iscariot, quien confió en él hasta el punto de reclutarlo como guitarrista de sesión para su legendaria actuación en el Under the Black Sun del año 2000, llegando a cerrar su concierto con una versión del “Karmageddon” de los propios Nargaroth. A Akhenaten se le tuvo que quedar una buena cara de tonto al descubrir que su amiguito Kanwulf no era más que un farsante.

Pese a que a estas alturas está claro qué clase de persona es Kanwulf, Ash o cómo cojones se quiera hacer llamar este pelele, inexplicablemente tiene una base de fans bastante grande, sobre todo en Latinoamérica. Misterios de la vida. Que conste que “Herbstleyd” me parece un álbum interesante, pero es que este tío redefine el término “poser”.

 

 

LORD AHRIMAN:

Los suecos Dark Funeral, con su guitarrista y fundador Lord Ahriman al frente, estuvieron desde más o menos 2001 paseándose cuales funambulistas por la fina línea que separa el éxito comercial de la pérdida de credibilidad, hasta que finalmente tuvieron un traspié y cayeron en el lado jodido. A nadie debería cogerle por sorpresa. A fin de cuentas su puesta en escena y el resto de su parafernalia habitual siempre han sido bastante exageradas, rayando en lo cómico (¿”Emperor Magus Caligula”? ¿de verdad?), pero en estos últimos años toda esa faceta ridícula se ha intensificado más de la cuenta y ahora es que ya es de puto chiste, lo cual es una pena porque musicalmente siempre me han gustado mucho (sus dos primeros álbumes se cuentan aún hoy entre mis favoritos y a su “Where Shadows Forever Reign” le calcé un 9 cuando lo reseñé en el Hellfire #1). 

La diferencia entre Lord Ahriman y alguien como Abbath o Nergal es que estos últimos saben que están haciendo el imbécil y se encuentran cómodos con ello, mientras que el primero se debe pensar que es el príncipe del mal y no es consciente de que en realidad está dando pena con esas armaduras tan exageradas (dignas de cualquier villano de los Power Rangers), y su satanismo de guardería.  

Como aficionado al black metal que soy, me resulta lamentable ver cómo Dark Funeral han ido prostituyendo paulatinamente su imagen hasta el punto de haber comercializado calcetines con su logo o pastillas de jabón con un diseño que emula el corpsepaint de su líder. Entiendo que en esta época de pandemia que nos está tocando vivir, las bandas tienen que buscar maneras alternativas para mantener sus ingresos, pero cuando se trata de black metal hay cosas que sencillamente no debes hacer. Calcetines con Baphomets bordados, no. Punto. 

El Ahriman de 1994 te rajaría sin dudarlo...

...pero el de hoy ya solo corta chuletones

Calcetos de Dark Funeral, porque prostituir
 el black metal todavía más SÍ es posible


Pero, en serio, imagino que lo peor aún ha de estar por llegar, y es que Mr. Mikael Svanberg (pues ese es su verdadero nombre) recientemente ha decidido hacer de su alias artístico su propia marca personal, anunciando el inminente lanzamiento de toda una serie de productos “Lord Ahriman” de dudoso interés. Por lo de ahora, le ha dado por hacer sus pinitos con la joyería, diseñando unos espantosos colgantes, pendientes y anillos dignos del catálogo de la puta mierda de Alchemy Gothic y que encima el muy usurero pretende colocar a precios desorbitados. Sin ir más lejos, su colgante-pentagrama de plata se vende a casi 400 pavos, que tiene huevos, y el caso es que algún “satánico de Carabanchel” seguro que se lo pilla para combinarlo con su mejor camiseta de Arch Enemy e ir pavoneándose por el Leyendas del Rock como si fuera el rey del mambo mientras se abre paso hacía las primeras filas del bolo de Mägo de Oz. 

Colgante-pentagrama de Ahriman: 
los fans de Lacrimosa se lo rifan



Por otro lado, es evidente que la retahíla de clichés diabólicos que repiten en sus letras disco tras disco ya no significa absolutamente nada para ellos… si es que alguna vez realmente lo hizo, por supuesto. No hay más que ver los títulos, letras y portadas completamente genéricas e intercambiables que manejaron durante años (aunque hay que decir que con su citado “Where Shadows…” parece que han conseguido dejar atrás esa tendencia) cuya fórmula de “nombre en latín + dibujo de un demonio” casi constituía una parodia en sí misma.

¿Pero qué podemos esperar de una formación que ya en 2008 actuó en un festival llamado Peace & Love? Hablamos del espectáculo en directo más grande de Suecia, un evento de carácter humanitario que tiene como objetivo concienciar sobre la importancia de la no violencia. Ojo, que a mí esto me parece estupendo, el mensaje está bien y supongo que es una buena iniciativa… pero si tocas en una banda cuyos temas tienen títulos como “Hail Murder”, “Declaration of Hate”, “Enriched by Evil” o “The End of Human Race” y participas en un festi llamado “Paz y Amor” es que eres un puto hipócrita o directamente tonto. Pero claro, imagino que la posibilidad de cobrar un buen cheque, presentarse ante 25.000 personas que no son su público habitual y tratar de ganarse a algún fan de otros de los grupos del cartel, como Manu Chao o The Hives, resultaba demasiado tentadora y suculenta como para poder tan siquiera albergar unas mínimas dudas al respecto. Un poquito de coherencia no estaría de más. Obviamente, los de Estocolmo sabían lo contradictorio y absurdo que era participar en ese macroconcierto, por lo que trataron de maquillar un poco el asunto refiriéndose a él como “P & L Fest” cuando decidieron incluir dicha actuación como extra en la edición especial de su “Angelus Exuro Pro Eternus”. Ay, si Blackmoon levantara la cabeza…

El jabón de los cojones



ABBATH:

Mira que me gustan los Immortal de los ’90, pero hace ya muchos años que detesto a Abbath y su actitud, y es que la manera en la que don Olve Eikemo ha ido cayendo en picado hasta tocar fondo es sencillamente espectacular. Paradójicamente, en círculos algo más mainstream es considerado un auténtico ídolo y de hecho esa forma de ser suya que algunos despreciamos es alabada por una gran mayoría.

Las fotos del "At the Heart of Winter" ya
dejaban entrever un incipiente retraso

Sobre él se suele destacar su personalidad desenfadada y su sentido del humor. Bien, esto es muy matizable. Una cosa es ser alguien más o menos cercano, majete, sociable, simpático, etc. y otra muy distinta es ser un puto bufón y una caricatura de lo que se supone que es un músico de black metal. En mi opinión, y creo que en la de cualquiera moderadamente metido en serio en esto, Abbath encaja más bien en esta segunda categoría.

Lo cierto es que las señales estaban ahí desde un buen principio: el vídeo que Immortal rodaron para su “Call of the Wintermoon” de su debut de 1992 es la quintaesencia del ridículo y del frikismo audiovisual en materia blackmetalera (por desgracia, bandas como Hecate Enthroned, Ancient, Maniac Butcher, etc. también grabaron clips en esa misma onda involuntariamente cómica), pero como yo no tuve ocasión de verlo hasta muchos años después, lo primero que me dio mala espina sobre la banda noruega fue la portada de su “Battles in the North”, que será muy icónica pero al menos a mí siempre me ha parecido bastante estúpida. Nada especialmente grave, por supuesto, tan solo un pequeño indicio de la que se nos acabaría viniendo encima.

Abbath demostrando que además de no saber 
beber, tampoco sabe comer


Sin embargo, con la edición de su por otra parte genial “At the Heart of Winter”, en 1999, ya tuve la certeza, al ver las patéticas fotos que habían metido en el libreto del álbum, de que a esta peña le faltaba un hervor. A título personal considero que ese es el momento en el que el grupo, y más concretamente Abbath, empieza a ser tomado más bien a cachondeo en el underground extremo.


Llegarían los 2000, y paralelamente al éxito cada vez mayor de la banda (fichaje con Nuclear Blast incluido) comenzarían a proliferar los memes y fotomontajes humorísticos en relación a sus miembros. Muy mala señal. Antes de que nos pudiéramos percatar, Abbath ya se había convertido en un esperpento con corpsepaint. El personaje había devorado al músico y además estaba fuera de control. Mi teoría al respecto (que ya comenté de pasada en mi reseña de su mencionado “At the Heart of Winter”, incluida en nuestro número anterior) es que el señor Eikemo se debió dar cuenta de que a esas alturas (primera mitad de los 2000) lo de transmitir una imagen seria y respetable ya era totalmente imposible, por lo que, consciente de que su histriónica interpretación de su alter ego escénico le caía en gracia al grueso de su audiencia, decidió recurrir a la auto-parodia como única forma de zanjar la problemática respecto a su reputación y modo de proceder, enfatizando toda esa faceta coñera y supuestamente simpática hasta meterse en un jodido callejón sin salida.

Abbath y Nergal. Dios los cría y ellos se juntan

Supongo que podríamos decir que el plan le salió bien, como mínimo en términos económicos y de fama: Immortal no tardarían en jugar en la misma liga que Behemoth, Amon Amarth, Trivium, Babymetal, etc. y la figura de Abbath casi pasaría a formar parte de la cultura popular, o al menos habría realizado alguna incursión en ella (por ejemplo, el personaje de Lars Ümlaüt de la saga de videojuegos Guitar Hero, aparecido por primera vez en 2006, está claramente inspirado en él). Ahora bien, para cualquier verdadero devoto del black metal lo de este hombre ha sido un descenso a los infiernos en toda regla, enlazando una mamarrachada tras otra hasta conseguir socavar por completo su credibilidad.

Todo lo que este tipo ha hecho en las últimas dos décadas, además de editar unos pocos álbumes de calidad cuestionable (salvaría el “Sons of Northern Darkness” y, en menor medida, quizás también el “Damned in Black”), es hacer el payaso como si le fuera la vida en ello, caer en el alcoholismo, y enzarzarse en disputas legales con sus excompañeros de banda. Vaya palmarés.

Pura maldad, sin duda

No obstante, pienso que su subnormalidad ha alcanzado nuevas e inimaginables cotas desde que inició su carrera en solitario: la sesión de fotos que se hizo en Londres para promocionar su primer disco después de abandonar Immortal es de un ridículo extraordinario, la armadura que lleva en directo es tan horrenda que parece que se la cogió prestada a Lord Ahriman, sus conciertos de los últimos años son un despropósito de dimensiones colosales, con el pavo mazadísimo y más pendiente de hacer su numerito que de tocar bien (la que lio a finales de 2019 en Argentina fue de traca, llevaba una cogorza fina encima, seguro que habéis visto el video en YouTube) y qué decir del concurso de corpsepaint que organizó para promocionar su último disco hasta la fecha, ¿puede haber algo más family-friendly y apestoso viniendo de alguien a quien se sigue considerando parte de la escena black metal?



 

NERGAL:

Lo de Nergal ya es para darle de comer aparte. El tío ha sucumbido a los encantos del éxito hasta acabar convirtiéndose en una celebrity cuya popularidad ha trascendido por mucho los límites del underground y que parece disfrutar enormemente siendo parte del show business, además de haciendo el gilipollas.

Sinceramente, pienso que el señor Adam Darksi es un tío muy inteligente y con un gran talento, además de ser todo un ejemplo de esfuerzo, constancia, trabajo, perseverancia y dedicación. Como hombre de negocios está claro que es brillante. En ese sentido me parece verdaderamente loable la labor que lleva desempeñando al frente de Behemoth desde hace ya treinta años, logrando convertir lo que era una diminuta banda polaca de black en uno de los nombres más grandes e importantes del actual panorama metalero. 

Nergal ya compite hasta con Saimaza

Cuestión aparte es, por supuesto, cómo ha ido gestionando su relación con la fama y cómo ha aprovechado el tremendo escaparte que es su grupo y su persona para lucrarse, al más puro estilo Gene Simmons, a base de  vender merchandising de hasta la más mínima cosa en la que pueda estampar el logo de la formación que lidera, incluyendo estupideces tales como comida para perro, café, velas, puzles y fundas para móviles, entre varias otras decenas de artículos, todo ello a precios de puta locura. 

No siempre fue así. Hasta finales de los 2000 Nergal era una persona normal al frente de un grupo cada vez más grande, y lo cierto es que yo mismo fui un gran seguidor de Behemoth durante muchos años. De hecho sigo pensando que todo lo que sacaron desde su “Pandemonic Incantations” de 1998 hasta su “Evangelion” de 2009 es una pasada. No obstante, tan pronto como el tío tuvo sus primeros escarceos con la fama (lo cual sucedió precisamente en mayo de ese mismo año, que es cuando hizo pública su relación con la modelo y cantante Doda) se inició un camino de no retorno y ya nada volvió a ser igual. De la noche a la mañana el señor Darski se convirtió en un habitual de la prensa rosa de su país y por más que en un principio dijera sentirse agobiado por los paparazzis y demás, estoy seguro de no tardó mucho en estar bien a gusto con su nuevo estatus de famosete.

El Nergal de 1995...

...y el de ahora

De manera simultánea, y como todos sabemos, en agosto de 2010 le diagnosticaron leucemia. Su lucha contra la enfermedad recibió una amplia cobertura, tanto por parte de la prensa musical como de la convencional (esto último solo en Polonia, claro). En marzo de 2011, tras someterse a un trasplante de médula ósea, finalmente salió del hospital, ya recuperado. Y aunque para entonces su noviazgo con la tal Doda había llegado a su fin, entre lograr sobreponerse al cáncer, toda la atención mediática que obtenía a esas alturas y las grandes cifras de venta que paralelamente estaba cosechando “Evangelion” (que llegó a alcanzar la quinta posición en el Billboard), el colega ya era toda una celebridad. Había nacido un nuevo Nergal.

Todo lo que este hombre ha hecho desde ese momento se ha visto afectado irremediablemente por la nueva perspectiva que le han dado la fama y el haber escapado de las garras de la muerte. Para él ya no existían límites y no tardaría en hacérnoslo saber.

Nergal de coach en La Voz, 
el Antonio Orozco del Báltico

Las alarmas comenzaron a saltar cuando en 2011 participó como coach en la versión polaca de La Voz. De ahí en adelante su nombre ha sido siempre sinónimo de controversia y muchos empezamos a mirárnoslo con un cierto recelo. Sus actividades extra-metaleras incluyen (o han incluido) la publicación de su biografía teniendo tan solo 35 años (nació en 1977 y la editó en 2012), la apertura de una discoteca (Libation, en su Gdansk natal), la creación de una cadena de barberías (Barberian Academy & Barber Shop, con presencia de varias ciudades de Polonia), problemas con la iglesia católica de su país, un proyecto en solitario de country / folk (Me and that Man) y su más reciente aventura empresarial: un Instagram (@vintagehell69) que lleva junto a un socio, exclusivamente orientado a la venta de sus viejas camisetas de bandas, que se cuentan por cientos, algunas de ellas con 30 años de uso, y nuevamente a precios escandalosos. Vamos, que en lugar de tirarlas a la basura, las pinta como vintage y se las coloca a su séquito de fans, que no tienen inconveniente en pagar lo que sea  por tener algo que perteneció a su ídolo (son una clavada atroz, le pregunté por una camiseta de Slayer simplemente para ver cuánto me pedía y me dijo que eran 129 pavos sin contar gastos de envío). Visto lo visto, podría hacer lo mismo con sus muebles, su cubertería o su ropa interior. Lo digo de broma, pero es muy capaz. Lo que es evidente es que el colega es una máquina de hacer pasta. De hecho, se dice por ahí que su fortuna ronda los trece millones de dólares. Mucho me parece, pero vete a saber.

"Soy un hipster de mierda"

Sea como sea, su presencia en redes sociales es cada vez mayor y diría que esto es, precisamente, lo que más le echa a perder, habiendo adquirido la costumbre de postear diariamente un sinfín de estupideces en sus perfiles personales de Facebook e Instagram (desde sus visitas al dentista hasta sus rutinas de ejercicio diario, sin olvidarnos de varias fotos de postureo que dan bastante asco), y definitivamente pareciendo más interesado en su faceta de influencer que en la de frontman de su otrora fantástica banda.



El polaco, gustándose


 

Nergal y Doda, la versión eslava de Molly y Pilar Rubio.
Duraron dos días

Que no se me entienda mal. Me parece estupendo que Nergal trate de explotar los recursos que tiene a su alcance tanto como pueda, de hecho él nunca ha ocultado que le gustaría que Behemoth se hicieran tan grandes como le fuera posible y que quiere conseguir todo aquello que se proponga, y partiendo de esa premisa es incluso sorprendente que no haya comprometido el sonido de su grupo en la misma medida que han hecho otros estando en una posición similar (lo que Behemoth hacen ahora me parece un horror, pero creo que la evolución musical de, por ejemplo, In Flames o Dimmu Borgir ha sido ciertamente más chunga).

El problema está en su forma de querer estar siempre en boca de todos. Es un attention whore de manual dispuesto a hacer lo que sea con tal de dar que hablar y seguir ahí. Él mismo ha llegado a admitir que se ha inventado alguna historia simplemente para demostrar lo fácil que es manipular a la gente y conseguir titulares, como cuando en verano de 2019 dijo que le habían echado de un pabellón deportivo de la YMCA (Young Men’s Christian Association, una organización cristiana que tiene gimnasios, albergues, escuelas, etc.) por llevar una camiseta de Darkthrone.

Sí, va disfrazado de polla

Es un provocador nato que centra buena parte de su estrategia en hacer el retrasado como si no hubiera un mañana (su obsesión con todo lo fálico es particularmente lamentable, es como si tuviera doce años) y, aparte de dar bastante vergüenza ajena, considero que ha dañado terriblemente su credibilidad como músico de metal extremo, especialmente si tenemos en cuenta que los actuales Behemoth son básicamente un negocio altamente lucrativo sin ya ningún tipo de esencia detrás.

Como digo, es un tío listo y es obvio que todas sus polémicas y troleadas obedecen a motivos publicitarios, de hecho tuve la oportunidad de entrevistarle hace años, un par de meses antes de la salida de su celebérrimo aunque en mi opinión sobrevaloradísimo “The Satanist”, y me dio la sensación de que sabía muy bien lo que decía a cada instante, como si tuviera su discurso perfectamente ensayado y lo adaptara en función de su interlocutor y de la situación. Pero, lo siento, no comulgo con esta mierda. Por más que lo suyo sea en buena medida una pose para estar permanentemente en el candelero, no deja de ser alguien que se pasa el día actuando como un completo imbécil y por mi parte se puede ir a pasear. 

"Esta la subo a Tinder fijo, bro"

Estoy seguro de que si Nergal leyera esto sabría encontrar la forma de defenderse de lo que estoy diciendo, probablemente escudándose en alguna de esas frases pseudo-intelectuales que tanto le gustan, del tipo “el black metal promueve el ser tú mismo y la libertad frente a cualquier tipo de restricción” o “que cierto sector de mis fans se enfade por lo que hago significa que lo estoy haciendo bien”, como si eso justificara todas sus tonterías e idas de olla. Por lo que a mí respecta, puede hacer lo que le salga del nabo, faltaría más, pero que no pretenda mantener su integridad blackdeathmetalera intacta porque renunció a ella el día que decidió que quería ser una estrella por encima de cualquier otra cosa.

En su biografía dice una frase muy significativa: “si me importara el dinero, no estaría conduciendo un Honda”. Bueno, por si no lo sabíais os diré que ahora el amigo tiene un Mercedes AMG E53 Coupé, un carrazo valorado en aproximadamente 100.000 euros. Sacad vuestras propias conclusiones, yo hace mucho tiempo que saqué las mías.


De postureo bien, gracias